Climaterio y menopausia
- Climaterio y menopausia
- Cómo identifico que estoy en esta etapa
- Cómo me cuido durante el climaterio
- Relaciones sexuales
- Tratamiento farmacológico
- También te puede interesar
El climaterio y la menopausia están relacionados, pero no son lo mismo.
El climaterio es la etapa vital previa, durante y posterior a la menopausia y que, además de relacionarse con el fin de las menstruaciones, tiene que ver con otros cambios físicos, sociales y emocionales.
La menopausia es la desaparición definitiva de la menstruación, tras haber pasado 12 meses sin regla y sin que haya otra causa que la provoque. En la mayor parte de las mujeres, ocurre entre los 45 y 55 años de edad. Si ocurre antes de los 40 años se denomina menopausia precoz, en cambio, si es después de los 55, se habla de menopausia tardía.
El climaterio es una etapa natural de la vida, no se trata de una enfermedad o patología. Es un proceso fisiológico que a menudo se trata como si fuese una patología o enfermedad, y puede derivar en intervenciones sanitarias que podrían no ser necesarias.
Cada mujer puede vivir este momento de formas muy diversas. Hay muchas mujeres que experimentan una serie de cambios a lo largo del tiempo que rodea el fin de la menstruación; pero también hay mujeres que no perciben ningún tipo de cambio. Ambas situaciones son normales.

Etapas
Este proceso se puede dividir en varias etapas.
La premenopausia inicia el climaterio, son los años previos a la menopausia, mientras que la postmenopausia es el tiempo posterior, estas etapas tienen una duración variable. En conjunto, es posible que duren entre 5 y 10 años.
La perimenopausia se daría 1 o 2 años inmediatamente antes y después de la menopausia.
¿Por qué ocurre?
La menopausia ocurre porque los ovarios envejecen, no son capaces de estimular a los ovocitos (óvulos inmaduros) para que crezcan y, en consecuencia, deja de producirse la ovulación. Todo esto provoca que los niveles de hormonas femeninas vayan cambiando y por ello, aparezcan los síntomas asociados a la menopausia.
Las hormonas que intervienen en este proceso son:

- FSH: es una hormona que activa el crecimiento de óvulos en los ovarios y los prepara para la ovulación. En esta etapa, cuando los ovarios comienzan a no responder, la hormona FSH aumenta, tratando de conseguir estimularlos.
- Estradiol: Esta hormona pertenece al grupo de los estrógenos y se produce en los ovarios. Cuando, en la perimenopausia, los ovarios dejan de responder a la hormona FSH, también desciende el estradiol. Además del papel fundamental que tiene en la fertilidad, los estrógenos tienen efecto en casi todas las células de nuestro organismo, por lo que el descnso afecta en todo el cuerpo.
- Progesterona: es otra hormona producida por los ovarios y entre sus funciones está preparar el interior del útero para un posible embarazo. En el climaterio irá disminuyendo.
Cómo identifico que estoy en esta etapa
El climaterio puede ser diferente en cada mujer, algunas lo vivirán de forma muy intensa, mientras que otras apenas notarán variaciones.
Pueden producirse los siguientes cambios:
- En la regularidad y el flujo del ciclo menstrual, que culminan con el cese de la menstruación.
- Pueden acortarse, alargarse o incluso “saltarse” algún ciclo. También puede aumentar el sangrado, cambiar la duración de las reglas…
- Aunque la mayoría de las mujeres tienen menos probabilidades de embarazo después de los 45 años, no es imposible que ocurra, especialmente si aún se tienen periodos regulares. Si quieres evitarlo, consulta con la matrona para que te indique cual es el método anticonceptivo más adecuado para cada caso.
- Trastornos vasomotores: sofocos
- Sensación repentina de calor en la cara, el cuello y el pecho, a menudo acompañada de enrojecimiento de la piel, sudoración, palpitaciones, ansiedad y malestar físico. Duran habitualmente entre 2 y 4 minutos y algunas mujeres sienten frío una vez que ha pasado.
- Generalmente, se desencadenan por estrés, ansiedad, o al sentir emociones intensas, tras una comida copiosa o consumo de alcohol, o por cambios bruscos de la temperatura en el entorno.
- En los genitales y vías urinarias:
- Sequedad vaginal por la disminución de estrógenos. Esto provoca que la mucosa que cubre los genitales se vuelva más fina y seca y puede provocar molestias en las relaciones sexuales.
- Cambios en los músculos del suelo pélvico que pueden aumentar el riesgo de incontinencia, infecciones urinarias, o prolapso de los órganos pélvicos.
- En la distribución de la grasa corporal, acumulación sobre todo en la zona abdominal en forma de “flotador”. Esto, junto con otros factores (consumo de tabaco, hipertensión, diabetes, sedentarismo, hipercolesterolemia...), puede aumentar el riesgo cardiovascular.
- En el estado de ánimo: principalmente irritabilidad, ansiedad y tristeza.
- En el patrón del sueño: El insomnio en la menopausia la mayor parte de las veces está asociado a los sofocos y sudores nocturnos.
- En la densidad ósea: aumenta la posibilidad de sufrir osteoporosis y fracturas.

En la mayoría de las mujeres, los síntomas desaparecen por sí solos con el tiempo. Una cuarta parte puede seguir experimentándolos pasados 5 años de la menopausia y un 10% los seguirá notando 10 años después.
Algunas veces en el climaterio y la menopausia se perciben sensaciones, molestias o emociones que guardan más relación con las expectativas y roles sociales de la mujer en la sociedad, que con los propios cambios físicos y hormonales que se producen. Sobre estos cambios y sensaciones influyen múltiples factores que no están directamente relacionados con la biología, como pueden ser las actitudes y las creencias acerca de la menopausia; el entorno social, económico, cultural y ambiental; el trabajo desempeñado, las cargas familiares, la dieta, el consumo de tabaco y la práctica de ejercicio físico, entre otros. Ahora bien, que no podamos atribuirlos a los cambios corporales, no significa que no existan.
Sobre la salud de la mujer y su rol social

La esperanza de vida de las mujeres en nuestro país ha ido aumentando con los años. Sin embargo, aunque se vive más años, la percepción de las mujeres sobre su calidad de vida y su salud en la madurez y vejez, es peor que la de los hombres. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la razón principal de esta percepción no reside en la biología, sino en otros condicionantes creados por la sociedad, que influyen en la forma de interpretar y sentir el mundo.
¿Qué significa esto? Por ejemplo, los ciclos vitales de las mujeres se han definido por la capacidad reproductiva y las relaciones familiares, mientras que en los hombres se ha hecho a través de su posición y relaciones laborales. Esto genera que se hayan asumido conceptos como “hacerse mujer” con la primera menstruación, con lo que, siguiendo la misma lógica, al llegar la menopausia podríamos preguntarnos... ¿con la última menstruación se deja de ser mujer?
No es de extrañar, entonces, que muchas mujeres se enfrenten a esta etapa vital con miedo, inseguridad e incertidumbre.
Cómo me cuido durante el climaterio
Esta etapa es una oportunidad para fomentar conductas positivas relacionadas con la salud que pueden mejorar el bienestar, reducir el riesgo de enfermedades crónicas y mejorar la salud mental y física a largo plazo.
El método del plato saludable es una forma sencilla y visual de planificar un menú diario, teniendo en cuenta las proporciones recomendadas para llevar a cabo una alimentación equilibrada. Algunas personas siguen las proporciones en cada una de las comidas, y otras las distribuyen a lo largo del día.
El método consiste en dividir un plato llano en tres partes:
- La mitad del plato está compuesto por frutas y hortalizas.
- Un cuarto del plato se completaría con alimentos ricos en proteínas: huevos, leche y derivados, pescados y mariscos, carnes, legumbres o frutos secos.
- El otro cuarto del plato restante por alimentos con alto contenido en carbohidratos (también llamados hidratos de carbono): los cereales y tubérculos.
Varía los alimentos del plato en tipo y colores, resultarán más apetecibles y nutritivos.
Recomendaciones específicas
- Ingerir una apropiada cantidad de fibra, ya que los cambios hormonales pueden hacer que se acumule más grasa y colesterol.
- Asegurar un adecuado aporte de calcio y vitamina D: Una dieta rica en calcio (leche, lácteos, soja y otras legumbres, verduras de hoja verde, sardinas, frutos secos, semillas, la yema de huevo...) nos ayudarán a retardar la osteoporosis por lo que es aconsejable aumentar su consumo. La vitamina D ayuda a asimilar el calcio y regula su fijación.
La actividad física puede ayudar a manejar algunos de los síntomas asociados al climaterio, a aumentar la calidad de vida y favorecer la autonomía y el envejecimiento saludable.
Entre los beneficios que puede aportar se encuentran:
- Ayuda al manejo del estrés y ansiedad y mejora la calidad de sueño.
- Aumenta la capacidad de atención mental.
- Mejora la fuerza muscular, el equilibrio, la coordinación y la resistencia ósea.
- Protege a nivel cardiovascular y tiene la capacidad de mejorar la evolución de enfermedades crónicas como la hipertensión arterial o la diabetes, entre otras.
El ejercicio más eficaz es aquel que se disfruta y, por tanto, se incorpora en las rutinas diarias y se mantiene en el tiempo.
Recomedaciones específicas
- Practica actividad física regularmente
- Haz 150 minutos (2 ½ horas) semanales de actividad física moderada ó 75 minutos (1 ¼ hora) de actividad física intensa (o una combinación de ambas) a la semana
- La actividad se realizará en sesiones de 10 minutos como mínimo.
- Dos veces o más por semana, conviene incluir actividades de fortalecimiento muscular.
- Si es posible, realiza actividad física con otras personas, porque así, además, fortalecerás tus relaciones sociales.
Aeróbica moderada
Pasear
Nadar
Desplazarse en bicicleta
Bailar
Actividades dirigidas (Yoga, Taichi, Gimnasia, Aerobic, etc.)
Aeróbica intensa
Caminar a paso rápido
Correr
Paseos rápidos en bicicleta
Saltar a la comba
Jugar a pala, tenis, balón
Caminatas por el monte
Fortalecimiento músculos
Utilizar escaleras en vez de ascensor
Ejercicios de estiramientos
Ejercicios con pesas
Abdominales
Durante el climaterio las mujeres pueden experimentar cambios de humor, ánimo bajo ansiedad o irritabilidad.
En esto, además de los cambios hormonales, influyen otros muchos factores que no están relacionados con la biología, cómo la percepción de estar envejeciendo o de sentirse menos atractiva, entre otros.
Estas recomendaciones pueden ayudarte a cuidar tu autoestima.
- Potenciar las habilidades personales haciendo aquello que te gusta y se te da bien.
- Mantener las relaciones sociales. Contar con personas cercanas de apoyo es una medida protectora frente a los malestares emocionales.
- Compartir tus vivencias con personas que estén en la misma situación, ayuda a visibilizar y normalizar esta etapa, y sentirse comprendida.
- Dedicar tiempo al ocio, y seguir activa y conectada con las personas de tu entorno.
Si quieres más información, consulta el apartado “Salud emocional” en Osasun Eskola.
La mayoría de los problemas del sueño en esta etapa están relacionados con los síntomas vasomotores (sofocos), por lo que puede ser de utilidad que leas las recomendaciones de ese apartado.
Si quieres conocer más sobre cómo cuidar tu sueño, puedes seguir leyendo en Osasun eskola
El tabaco, el alcohol, la cafeína y resto de bebidas estimulantes pueden aumentar los síntomas, especialmente los sofocos.
- Tabaco: el tabaco acelera la llegada de la menopausia, aumenta la sintomatología climatérica y el riesgo de osteoporosis. Además, es un factor de riesgo adicional para enfermedad cardiovascular, aumentando la frecuencia de infartos y accidentes cerebrovasculares. Tiene un efecto tóxico directo sobre las células óseas y disminuye la absorción del calcio a nivel intestinal. Suele asociarse a otros factores de riesgo como el alcohol o la falta de ejercicio físico, lo que puede potenciar su efecto.
- Cafeína: puede incrementar los síntomas vasomotores (sofocos) y psíquicos del climaterio, así como la pérdida de calcio por orina, por lo que se recomienda limitar su ingesta a dos tazas diarias.
- Alcohol: la mujer tiene mayor capacidad de absorción del alcohol y menor capacidad de eliminación que el hombre. Esto se debe a su mayor masa grasa que, además, suele aumentar durante el climaterio. En relación a la osteoporosis, el alcohol dificulta el desarrollo de los huesos, además de aumentar el número de caídas por inestabilidad.
Hay algunas medidas que pueden aliviarlos
- Vestirse en capas para poder quitarse prendas cuando se sienta el sofoco.
- En la medida de lo posible, por ejemplo, en casa, mantener preferiblemente una temperatura ambiente baja.
- Reducir o evitar el consumo de bebidas calientes y/o estimulantes, como café o té o bebidas alcohólicas.
- Durante el sofoco, poner una toallita fría y húmeda en el cuello.
- Reducir o evitar el tabaco, ya que fumar puede hacer que se sientan más intensos.

El suelo pélvico es un conjunto de músculos y ligamentos que cierran la parte inferior del abdomen y que, sostiene los órganos de la pelvis (vejiga, uretra, útero, vagina y recto); además, da estabilidad a la columna y a la propia pelvis.
La pérdida de fuerza de estos músculos y ligamentos puede afectar a personas de cualquier edad y sexo, pero es más frecuente en mujeres y a mayor edad.
En las mujeres, el parto vaginal y la llegada de la menopausia son los momentos en los que el suelo pélvico tiene más riesgo de debilitarse, aunque también hay otras causas que pueden provocarlo: deportes de impacto (correr, saltos), estreñimiento crónico, obesidad y/o sobrepeso, enfermedades respiratorias crónicas, consumo de tabaco (los accesos de tos ejercen presión sobre el suelo pélvico) y cirugías ginecológicas o tratamientos agresivos como la radioterapia.
Esto puede tener consecuencias como incontinencia urinaria (pérdida de orina), prolapsos (caída de los órganos del abdomen), dolor de espalda y problemas en las relaciones sexuales y puede afectar significativamente a la calidad de vida, la autoestima y las relaciones sociales de las mujeres.
Hay muchas mujeres en esta situación y, bien sea porque desconocen a dónde acudir, o por vergüenza, no suelen consultar por estos síntomas. Tu matrona de referencia puede valorar la funcionalidad del suelo pélvico sin necesidad de realizar pruebas complicadas o invasivas y puede ayudarte a tomar medidas para mejorar tu calidad de vida.
La primera línea de actuación consiste en hacer cambios en el estilo de vida y fortalecer los músculos con una de las siguientes actividades:
- Ejercicios de Kegel: Estos ejercicios ayudan a fortalecer los músculos del útero, la vejiga y el intestino grueso. Consiste en apretar y relajar de forma voluntaria los músculos del suelo pélvico, de igual manera que se realiza cuando se va al baño y cortamos el chorro de orina. No conviene hacerlos con la micción porque puede que la vejiga no se vacíe completamente y provoque infecciones.
- Hipopresivos: son unos ejercicios específicos que sirven para fortalecer la zona abdominal y del suelo pélvico. Se realizan contrayendo estos músculos en unas posturas específicas. Es necesario el entrenamiento por una persona experta para aprender a realizarlos correctamente.
Por ello, a la hora de practicar cualquier tipo de deporte, como correr, gimnasia o atletismo, estos han de combinarse con ejercicios que ayuden a fortalecer los músculos abdominales, es decir, ejercicios eficaces para que el suelo pélvico se active y responda adecuadamente a los cambios de presión que se producen en el interior del abdomen.

La osteoporosis es una enfermedad que hace que los huesos se debiliten y se vuelvan frágiles, lo que aumenta el riesgo de fracturas, especialmente en cadera, columna lumbar y muñeca. Es un problema que afecta principalmente a las mujeres y es posible que esté relacionado con la disminución de los estrógenos.
Existen numerosos factores de riesgo relacionados, el principal y más importante es la edad. Pero también intervienen el sexo, una baja densidad mineral ósea (DMO), antecedentes personales y/o familiares de fractura por fragilidad, menopausia precoz, diabetes, inmovilización, algunos tratamientos farmacológicos (como los corticoides), el tabaquismo, exceso de consumo de alcohol, y los déficits de calcio o vitamina D.
Existe evidencia de que la actividad física (sumada a un aporte nutricional y de vitamina D y calcio adecuados) tiene un efecto positivo sobre la salud de nuestros huesos.

¿Cómo son estos ejercicios?
- Ejercicios de fortalecimiento muscular: especialmente para la parte superior de la espalda: Uso de pesas, bandas elásticas o el peso del propio cuerpo para fortalecer los músculos.
- Actividades aeróbicas de carga de peso: Consiste en hacer ejercicio aeróbico de pie cargando el peso del propio cuerpo (Caminar, bailar, correr, saltar, subir escaleras...).
- Ejercicio físico aeróbico sin carga de peso: con estos ejercicios mejoramos la capacidad de corazón y pulmones para la actividad física (montar en bici, nadar, patinar, remar...)
- Ejercicios de flexibilidad: Es la realización del movimiento completo de la articulación en toda su amplitud. Se hacen mejor después de calentar los músculos, por lo que se recomienda realizarlos al final de las sesiones.
- Ejercicios de estabilidad y equilibrio: Ayudan a que los músculos trabajen de forma conjunta para evitar caídas (estar de pie sobre una pierna, taichi...)
En relación a la vitamina D y el calcio…
La vitamina D se obtiene principalmente a partir de la exposición solar, y una pequeña parte también a partir de los alimentos (pescado azul, yema de huevo, hígado de vaca, champiñones...). Esta vitamina además influye en la absorción intestinal del calcio, por tanto, la falta de vitamina D puede incrementar el riesgo de caídas y de fracturas por osteroporosis.
En nuestra sociedad es muy frecuente que la población tenga déficit de vitamina D. Se recomienda corregir los niveles de calcio y vitamina D preferiblemente a través de la dieta, hábitos saludables de exposición solar (15 minutos sin protección solar, 3-4 veces por semana), reducir o eliminar el consumo de tabaco y limitar la ingesta de alcohol.
En algunas personas estas medidas no son suficiente y pueden ser necesarios suplementos; es importante no tomarlos si no están indicados, porque el exceso de vitamina D o calcio también puede tener efectos adversos.
Relaciones sexuales
La sexualidad forma parte fundamental de la vida no solo a través de la reproducción, también con el placer, la intimidad y las relaciones afectivas con otras personas.
La menopausia marca el fin de la menstruación y la fase reproductiva, pero no el fin de la capacidad de desear, sentir bienestar, excitarse, tener fantasías, disfrutar de la intimidad y la complicidad, sentir orgasmos, placer y satisfacción sexual.
La respuesta sexual cambia con la edad, al igual que lo hacen las capacidades físicas y en el caso de las mujeres, se añaden los cambios característicos de climaterio y menopausia.
Los síntomas más frecuentes en esta etapa son: sequedad, irritación y ardor vaginal, falta de lubricación, molestias o dolor en las relaciones sexuales (dispareunia) y síntomas urinarios como infecciones y dolor, ardor o necesidad repentina y urgente de orinar.
Estos cambios en muchas mujeres producen molestias en las relaciones sexuales, por lo que a menudo, como consecuencia, tienen menor deseo, excitación y disfrute del sexo. Otros síntomas característicos del climaterio como son los sofocos y los sudores nocturnos pueden estar relacionados también con la disminución del deseo sexual.
Hay un gran número de causas no directamente relacionadas con el climaterio y la menopausia que tienen un gran peso sobre los problemas relacionados con la sexualidad en esta etapa: Por ejemplo, puede existir miedo al abandono o al rechazo, deterioro de la relación, problemas de autoestima, percepción de mala salud, disfunción eréctil en las parejas masculinas, cansancio, condiciones de vida que conllevan sobrecarga (cuidados, trabajos precarios, trabajo doméstico), enfermedades crónicas, problemas de salud mental, toma de medicamentos, dolor, percepción de no ajustarse a exigencias sociales (que provocan insatisfacción con los propios cuerpos), presión social por priorizar el placer masculino... y un largo etcétera.

Cómo cuidarse
Para una correcta salud vaginal es importante mantener una higiene corporal adecuada; evitar en lo posible el alcohol y tabaco; practicar actividad física adaptada a las necesidades personales; y seguir una dieta variada y equilibrada.
La excitación, las relaciones sexuales, y el uso de juguetes sexuales ayudan a aumentar el flujo de sangre en los genitales, lo que mejora la oxigenación de los tejidos y su elasticidad.
Además, se recomiendan una serie de medidas específicas:
- Evitar duchas vaginales, porque destruyen el microbiota de la zona y pueden aumentar el riesgo de infecciones.
- Para evitar la sudoración excesiva y favorecer la transpiración genital, usar ropa interior de algodón. Evitar tejidos sintéticos, seda o licra.
- No vestir con ropa excesivamente ajustada.
- Si se está en tratamiento con antibióticos, es recomendable tomar probióticos para evitar infecciones vaginales.
- Mantener buen control de enfermedades crónicas como la hipertensión arterial o la diabetes, que pueden causar alteraciones vaginales y sexuales.
- Utilizar preservativo para prevenir infecciones de transmisión sexual.
- Para aliviar el picor, el escozor y el dolor en las relaciones sexuales, se pueden usar hidratantes y lubricantes vaginales y vulvares.
Lubricantes e Hidratantes
Los lubricantes y los hidratantes vaginales y vulvares son tratamientos de venta sin receta. Son productos similares, pero no son exactamente lo mismo.
Si utilizas algún método anticonceptivo de barrera, como por ejemplo preservativos de látex, es importante que sepas que la mayor parte de lubricantes e hidratantes son compatibles con su uso.
Se deben evitar lubricantes con base de aceite u otros productos caseros como vaselinas, aceites vegetales, o incluso aceites para bebés; también recomendamos evitar aquellos que contengan parabenos o perfumes. Algunos pueden incluir antisépticos (como la clorhexidina), pero estos mejor no emplearlos, salvo que te lo recete tu profesional de salud.
Lubricantes
Son muy parecidos a la secreción natural de la vagina. Están diseñados para aliviar las molestias causadas por la sequedad vaginal en las relaciones sexuales. Tienen una acción rápida, pero por tiempo limitado
Se aplica el lubricantes en la vagina, la vulva y, si tienes pareja masculina y es necesario, el pene de la pareja antes del sexo. También pueden utilizarse para el uso de juguetes sexuales o dilatadores vaginales.
Se recomienda priorizar los lubricantes con base de agua con respecto a aquellos con base de silicona, ya que son más eficaces en mejorar los síntomas genitales y parecen asociarse a una mejor respuesta sexual. Además, los lubricantes con base de aceite o silicona no contienen agua y son menos parecidos a las secreciones naturales.
Hidratantes o humectantes
Los hidratantes son unos productos que se absorben y se adhieren al tejido que recubre la vagina y la vulva, simulando las secreciones naturales manteniendo la humedad y la acidez. Se recomiendan cuando hay sequedad
Se aplican varias veces por semana, (una vez cada 1-3 días), dependiendo de la intensidad de la sequedad; y su efecto humectante es más continuo. Los puedes encontrar en forma de gel, óvulos o cánulas...
Tratamiento farmacológico
La terapia hormonal sustitutiva (THS) consiste en la administración de fármacos que sustituyen la función hormonal del ovario. Esta terapia hormonal puede ser de dos formas, con estrógeno solo, o combinando estrógeno más progestina (hormona sintética que actúa como la progesterona).
La mayoría de las mujeres no necesitan iniciar THS, está indicada cuando los síntomas afectan considerablemente a la calidad de vida y no se pueden paliar con otras medidas. Antes de pautar este tratamiento, tu profesional de la salud de referencia hará una evaluación de forma individualizada de la situación y solo se indicará cuando los beneficios superen los riesgos.
La terapia hormonal debe adaptarse a cada mujer y reevaluarse con determinada frecuencia para asegurarse de que los beneficios siguen siendo superiores a los riesgos.
Los riesgos del tratamiento hormonal sustitutivo
Los riesgos dependen del tipo de terapia, la dosis, el tiempo que se toma el medicamento y la situación de salud previa (presencia de enfermedades crónicas o factores de riesgo, antecedentes familiares...).
En las mujeres que tienen útero (sería el caso de aquellas que no han tenido una histerectomía) se receta estrógeno más progestina, porque el estrógeno solo está asociado con un riesgo mayor de cáncer de endometrio. El estrógeno se usa solo (sin combinar con progestina) únicamente en mujeres que han tenido una histerectomía.
Se ha relacionado también con un aumento del riesgo de cáncer de mama, pero no es un elemento absolutamente determinante, hay otros, como la genética, historia familiar de cáncer, consumo de alcohol o tabaco, contaminantes ambientales, sobrepeso u obesidad... que también pueden predisponer su aparición.

Enlaces de interés
- INFAC Información farmacoterapéutica. Departamento de Salud del Gobierno Vasco. Manejo de los síntomas de la menopausia.
- Guía de Práctica Clínica sobre el abordaje de síntomas vasomotores y vaginales asociados a la menopausia y postmenopausia. Ministerio de Sanidad.
- Menopausia. Comunidad de Madrid.
- Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM). Menoguías para mujeres.
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