Diabetes y embarazo
Hay que distinguir 2 situaciones distintas:
Diabetes gestacional
La que se diagnostica en el embarazo y normalmente desaparece tras el parto. Ocurre en del 6% al 9% aproximadamente de las mujeres embarazadas. Es más frecuente en mujeres con sobrepeso, o más mayores, o con antecedentes de diabetes en la familia.
Se diagnostica haciendo una curva de glucosa de 1 hora entre la semana 24 y 28 de gestación, a todas las mujeres embarazadas. Si esa prueba es positiva, hay que hacer otra curva de 3 horas para saber si se tiene DM gestacional.
A las pacientes de más riesgo, se les hace esta prueba en el primer trimestre del embarazo.
Suele ser una diabetes leve, pero que si no se diagnostica y no se trata, puede producir pequeños problemas en el parto y al recién nacido (mayor tasa de cesáreas, niños grandes, traumatismos en el parto…).
El tratamiento supone realizar una alimentación correcta, evitar el aumento excesivo de peso, y realizar automonitorización sanguínea de la glucosa (quiere decir que la embarazada con diabetes gestacional tiene que pincharse el dedo varias veces al día para ver su nivel de glucosa en sangre). Si los niveles de azúcar en sangre son mayores de lo aconsejable, se pone tratamiento con insulina hasta el parto.
No hay ningún problema para la lactancia.
Después de haber tenido una DM gestacional, es más probable tenerla otra vez en un embarazo posterior (aunque no ocurre siempre).
Un porcentaje pequeño de mujeres queda con diabetes posterior. Por eso es importante hacer una reevaluación tras el parto (aproximadamente a los 6 meses, estando hacia el final de la lactancia).
Estas mujeres tienen más riesgo de desarrollar una diabetes tipo 2 en el futuro.
Mujer con diabetes previa y embarazo
Este embarazo es siempre de alto riesgo.
La diabetes produce riesgo de tener complicaciones en el embarazo como: abortos, malformaciones congénitas, eclampsia, macrosomias (recién nacidos muy grandes), problemas en el parto y alta tasa de cesáreas.
Todo esto se puede evitar o disminuir mediante un control muy exhaustivo de la diabetes.
Se considera apropiado intentar el embarazo cuando la hemoglobina glicosilada está por debajo de 6.5%.
Por ello, toda mujer diabética debe planificar su gestación. Es conveniente que quede embarazada una vez que su control metabólico sea el adecuado, y para ello debería acudir a una consulta preconcepcional (indicando que es diabética y que desea embarazo). Se realiza en los servicios de endocrinología.
La consulta preconcepcional es imprescindible, tanto para diabéticas tipo 1 como tipo 2 (en este caso, hay que empezar con tratamiento insulínico antes del embarazo).
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