Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)
- Sobre el EPOC
- Causas de la EPOC
- Síntomas de la EPOC
- Diagnóstico de la EPOC
- Tratamiento
- Preguntas frecuentes
¿Qué es la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)?
La EPOC es una enfermedad que afecta principalmente al pulmón y que se caracteriza por una inflamación crónica de la vía aérea. Esta inflamación pude ser más o menos importante y produce un estrechamiento de los bronquios, dificultando el paso del aire a través de ellos. Es una enfermedad prevenible, ya que la causa principal es el tabaco, y aunque no es una enfermedad curable, si es tratable con los tratamientos existentes que pueden retrasar su progresión.
La EPOC es una enfermedad frecuente, que en España afecta aproximadamente al 10% de la población adulta, aunque las cifras varían según las distintas áreas geográficas. Sin embargo, debemos tener en cuenta que la tasa de infradiagnóstico es alta, estimándose que en torno al 70% de las personas que padecen la enfermedad aún no lo saben. Por este motivo, se debe consultar ante la presencia de síntomas de forma persistente, principalmente en pacientes fumadores o aquellos que ya lo hayan dejado. Además, es una enfermedad que produce un elevado coste sanitario.
La EPOC es un término que incluye la bronquitis crónica, el enfisema o la combinación de ambas condiciones. Cada una de estas tiene diferente forma de comenzar y evolucionar:
- Bronquitis crónica: se caracteriza por una inflamación de los bronquios y producción de grandes cantidades de moco. Esto produce un cierre del interior de los bronquios dificultando la expulsión de la mucosidad y la respiración.
- Enfisema: el enfisema es el daño de las paredes de los alveolos del pulmón. En el pulmón hay más de 300 millones de alveolos, similares a pequeños globos elásticos. A consecuencia principalmente del tabaco, estos alveolos se ven dañados, perdiendo la elasticidad y quedando atrapado el aire en ellos y produciendo los síntomas.
Enlaces de interés
Autores
Amaia Aramburu. OSI Araba
Fco. Javier Moraza. OSI Araba
Leyre Chasco. OSI Araba
Cristóbal Esteban. OSI Araba
Causas de la EPOC
La causa principal de la EPOC es el TABACO y, además, contribuye a aumentar la gravedad de la enfermedad. Fumar durante años termina produciendo EPOC a muchas personas y no fumar, o dejar de fumar pronto, es clave para no desarrollar la enfermedad.
De hecho, en 90% de las personas que tienen EPOC el fumar o haber fumado es la causa fundamental. Sin embargo, la razón por la que algunas personas no fumadoras desarrollan EPOC y algunos fumadores nunca tendrán la enfermedad no es totalmente conocida.
Existen otras causas que, aunque en menor medida, pueden producir el desarrollo de la enfermedad:
- Contaminación laboral: exposición a ciertos gases o emanaciones en el puesto de trabajo.
- Exposición en cantidades considerables de contaminación ambiental o humo indirecto del cigarrillo.
- Enfermedad hereditaria que produce el déficit de una proteína llamada alfa-1 antitripsina. El déficit de esta proteína se relaciona con el desarrollo de enfisema.
- Uso frecuente de fuego para cocinar sin ventilación apropiada (biomasa).
Síntomas de la EPOC
Los síntomas o manifestaciones principales de la enfermedad son la fatiga o disnea, tos y expectoración, aunque dependiendo de la persona la intensidad de estas va a ser diferente.
La disnea (conocida también como ahogo o falta de aire) es el síntoma principal de la enfermedad. Habitualmente comienza con los esfuerzos como subir escaleras o cuestas y se desarrolla de forma progresiva hasta limitar las actividades de la vida diaria. Es un síntoma percibido de forma desigual entre personas con la misma enfermedad y con frecuencia, sin ser conscientes, los pacientes adaptan su nivel de actividad física para reducir los síntomas pasando inadvertida al inicio de la enfermedad.
La tos crónica se caracteriza por ser de inicio insidioso, habitualmente matutina y acompañada de expectoración o mucosidad (sobre todo en los casos de bronquitis crónica). Al dejar de fumar, en muchas ocasiones este síntoma mejora al cabo de unos meses, aunque no desaparece.
La expectoración (flemas o mucosidad) generalmente están presentes por la mañana y el aumento en cantidad o cambios de coloración son un signo de alarma de una infección respiratoria.
Durante la enfermedad pueden aparecer episodios de empeoramiento o exacerbaciones, secundarios a procesos infecciosos, contactos con irritantes o contaminación, que cursan con un aumento de los síntomas y que habitualmente conllevan un ajuste de tratamiento y ocasionalmente el ingreso hospitalario.
Con el tiempo, la EPOC también puede causar síntomas o problemas más generales, como pérdida de peso y masa muscular, desnutrición, dificultad para mantener el ejercicio, ansiedad, problemas de huesos como osteoporosis… que también se deben tener en cuenta.
¿Cómo se diagnostica la EPOC?
Lo primero en el diagnóstico de la EPOC es la sospecha de la enfermedad. Se debe sospechar cuando existen síntomas como fatiga, tos o expectoración/expulsión de flemas de forma habitual en personas expuestas a los factores de riesgo previamente mencionados, principalmente el tabaco.
Una vez sospechada, la EPOC es una enfermedad que se diagnostica con una prueba fácil y sencilla de realizar, mediante la realización de una espirometría ("la prueba de soplar"). Con esta prueba se detecta el descenso de los flujos aéreos y se confirma la obstrucción de los bronquios. Además, mediante la espirometría se establece el grado de la enfermedad y nos sirve para valorar la respuesta al tratamiento.
Para hacer la espirometría no se debe fumar antes, se debe llevar ropa cómoda y se realizará sentado. Se deberá respirar a través de una boquilla, siguiendo las instrucciones, que está conectado al espirómetro que medirá la velocidad y la cantidad de aire que entra y se expulsa de los pulmones.
Existen otras pruebas que se pueden realizar para completar el estudio según las características del paciente:
- Radiografía de tórax u otras pruebas de imagen.
- Pulsioximetría para medir la cantidad de oxígeno en sangre.
- Analizar la expectoración (flemas) para valorar infecciones.
¿Cuál es el tratamiento de la EPOC?
La EPOC es una enfermedad crónica, que, aunque no se puede curar sí que es posible tratar, siendo el objetivo del tratamiento:
- Reducir los síntomas: disminuir los síntomas de la enfermedad mejorando la calidad de vida y permitiendo mantener una capacidad para el ejercicio adecuada.
- Reducir el riesgo de exacerbaciones, de progresión de la enfermedad y mortalidad.
Para ello, el paso más importante del tratamiento es el cese absoluto del tabaco que, aunque el daño producido por este es irreversible, es necesario para poder frenar la progresión de la enfermedad y mejorar los síntomas.
Tratamiento farmacológico
El tratamiento farmacológico en la EPOC es necesario para mejorar los síntomas, aumentar la capacidad de ejercicio y reducir en número y gravedad los episodios de empeoramiento o exacerbaciones, mejorando la calidad de vida de los pacientes. Para ello, es importante que comprenda para qué sirven los medicamentos y tomarlos con regularidad y de forma constante.
El tratamiento principal de la EPOC son los inhaladores. De esta manera, el medicamento llega directamente a los pulmones actuando directamente sobre los bronquios. Estos pueden ser de dos tipos y se utilizarán dependiendo de las características de cada persona. Los broncodilatadores son fundamentales en el tratamiento de la EPOC, y tienen como objetivo aumentar el tamaño del bronquio que, como hemos comentado previamente, en la EPOC se encuentran más estrechos. Por otro lado, los corticoides inhalados intentan disminuir la inflación que puede estar presente a nivel pulmonar. Con estos inhaladores es muy importante mantener la constancia y tomarlos aun cuando uno se encuentra bien, ya que su objetivo es aliviar los síntomas y prevenir empeoramiento a largo plazo.
Estos inhaladores serán ajustados según la evolución de la persona y están disponibles en diferentes dispositivos que se debe conocer su funcionamiento antes de abandonar la consulta. Esto es muy importante, ya que si no se realiza correctamente la técnica de inhalación la medicación no alcanzará el pulmón y no podrá hacer su efecto.
Habitualmente, se suelen prescribir inhaladores de rescate o alivio, que están indicados para esos episodios en los que se tienen más síntomas y se necesita tratamiento extra.
También se pueden utilizar en el tratamiento de la enfermedad los antibióticos o antiinflamatorios dependiendo del paciente y su evolución.
En los últimos años, algunas técnicas quirúrgicas han venido a mejorar las expectativas de los pacientes con EPOC: la cirugía de reducción de volumen, de aplicación en algunos casos de enfisema pulmonar con ciertas características específicas; y el trasplante pulmonar, indicado en ciertos pacientes con enfermedad muy avanzada.
Asociación con otras medidas no farmacológicas
En el tratamiento de la EPOC es muy importante asociar el tratamiento farmacológico con otras medidas NO FARMACOLÓGICAS, entre las que se incluyen:
- Dieta: los pacientes con EPOC habitualmente se relacionan con problemas de sobrepeso o desnutrición, por lo que es importante mantener una dieta adecuada a cada paciente. Es importante:
- Realizar 5-6 comidas/día.
- Comer cantidades pequeñas y fácil masticación para evitar la fatiga.
- Evitar comidas que produzcan gases.
- Ricas en grasas no saturadas.
- Actividad física: la mayoría de los pacientes con EPOC disminuyen la actividad física y adoptan un estilo de vida sedentario para evitar la fatiga. La disminución de la actividad física tiene efectos negativos en la calidad de vida y evolución de la enfermedad, produciendo debilidad a nivel muscular, aumentando la fatiga y riesgo de exacerbaciones. Se recomienda hacer ejercicio físico de forma habitual que incluya caminar o bici estática 30 minutos/día y ejercicios de estiramiento o fortalecimiento de las extremidades.
Así mismo, es recomendable realizar ejercicios de respiración cogiendo aire por la nariz y echando por la boca con los labios entrecerrados o fruncidos (como si soplase una vela), ayudando al pulmón a vaciarse completamente.
Cuando los síntomas producen una disminución de la actividad física, y las recomendaciones arriba indicadas son insuficientes para mejorarla, están disponibles los programas de rehabilitación respiratoria que ayudan a mejorar los síntomas, calidad de vida y la capacidad de ejercicio.
- Vacunación de gripe y neumococo: En las personas que padecen EPOC se recomienda la vacunación de la gripe de forma anual para evitar que contraigan la enfermedad, o al menos, que sea menos grave. Con ello evitamos complicaciones que pueden ser graves si se contrae una gripe.
Otra vacuna recomendada es contra el neumococo, bacteria implicada en las neumonías e infecciones respiratorias. Con ella, se confiere inmunidad a los pacientes y se pueden evitar infecciones por esta bacteria.
- Oxigenoterapia. Cuando la enfermedad avanza, es posible que el aire respirado sea insuficiente para mantener los niveles de oxígeno adecuados en sangre. Si esto ocurre, es necesario iniciar el tratamiento con oxígeno para mejorar los síntomas y la supervivencia a largo plazo. Se debe utilizar un mínimo de 16 horas al día, recomendando mantenerlo durante el sueño.
- Ventilación mecánica: en pacientes con enfermedad avanzada o seleccionados por las características de la enfermedad, los pulmones son incapaces de eliminar el gas carbónico producido tras la utilización del oxígeno. Esto obliga a iniciar tratamiento con los ventiladores en el domicilio para ayudar a eliminar dicho gas. Son ventiladores que a través de una mascarilla nasal/facial meten aire dentro de los pulmones, sincronizado con la respiración del paciente.
Preguntas frecuentes
¿Se puede prevenir la EPOC?
La causa principal de la EPOC es el tabaco, por lo que no fumar o un cese precoz del consumo de tabaco puede evitar el desarrollo de la enfermedad. En casos donde la enfermedad ya está establecida, dejar de fumar es necesario para detener la progresión de ésta.
¿Cuándo debo sospechar de esta enfermedad?
Se debe sospechar en pacientes con factores de riesgo, principalmente fumadores, que presenten síntomas como disnea o ahogo, tos o expectoración. La detección precoz de la enfermedad es importante para poder detectarla en estadios más iniciales, más leves.
¿Puedo fumar un solo cigarrillo?
No. Un solo cigarrillo perjudica su enfermedad. Además, se relaciona con otras múltiples enfermedades: infarto cardiaco, cáncer de pulmón, garganta, vejiga….
¿Por qué si noto ahogo no me ponen oxígeno?
La sensación de ahogo no significa que usted necesite oxígeno. Sólo si el oxígeno en sangre está bajo se le prescribirá.
¿Puedo mantener relaciones sexuales?
Si. Dependiendo de la gravedad de la enfermedad se deberán adoptar algunas medidas como adoptar posturas cómodas que produzcan menos síntomas, tomar la medicación de rescate antes de las relaciones o incluso utilizar el oxígeno si lo necesita.
¿Si ya tengo la enfermedad, cuándo debo consultar al profesional sanitario?
La EPOC es una enfermedad crónica y progresiva, pero durante su evolución puede presentar episodios de empeoramiento conocidos como exacerbaciones. Estos periodos se caracterizan por empeoramiento de los síntomas que habitualmente necesitan de un ajuste de tratamiento y en los casos más severos o graves, pueden requerir un ingreso hospitalario.
Es necesario que cada paciente conozca sus síntomas habituales en situación de estabilidad, para poder detectar esos cambios y consultar al profesional sanitario si es necesario.
Si hay síntomas de empeoramiento debe mantenerse tranquilo y tomar la medicación de rescate. Disminuir la actividad física, beber líquidos y tomar la temperatura. Si con las medidas iniciales y la medicación de rescate no hay mejoría, debe consultar.
En caso de presentar los siguientes síntomas o signos, deberá consultar:
- Fiebre superior a 38ºC.
- Fatiga que no cede con la medicación de rescate y va en aumento.
- Hinchazón de las piernas.
- Desorientación o tendencia a quedarse dormido.
- Dolor en el pecho.
¿Puedo viajar si padezco EPOC?
En general los pacientes con EPOC pueden viajar, aunque se recomienda consultarlo antes, especialmente si va a viajar en avión o lugares con altura. Debe organizar el viaje con antelación y disponer de la medicación habitual para el periodo de vacaciones.
En caso de utilizar oxígeno, deberá ponerse en contacto con la empresa suministradora para organizar el viaje y disponer del oxígeno a su llegada al destino.
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