Esquizofrenia
- Qué es
- Diagnóstico
- Síntomas
- Tratamiento
- Pronostico
- Cuidados
- Cómo cuidar y acompańar
- Preguntas frecuentes
- Enlaces de interés
¿Qué es?
La Esquizofrenia es una enfermedad mental que afecta al pensamiento, la conducta (forma de comportarse), las emociones y la manera de percibir las cosas. Pertenece al grupo de los trastornos psicóticos, lo que significa que las personas con esquizofrenia pueden tener dificultades para distinguir entre la realidad y los pensamientos, las ideas o las percepciones producidos por la enfermedad.
Se trata de una enfermedad crónica que puede provocar problemas duraderos y reducir la esperanza de vida, aunque la manera en cómo afecta a cada persona es muy variable. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) afecta a menos del 1% de la población, independientemente del sexo, raza, cultura o nivel económico. Generalmente se inicia en la juventud, entre la adolescencia y los 35-40 años, aunque puede aparecer a cualquier edad.
Causas
La esquizofrenia afecta al pensamiento, la conducta, las emociones y la manera en que se perciben los estímulos
Las causas de la esquizofrenia son desconocidas. Existen factores genéticos y ambientales que predisponen su aparición, aunque no son determinantes. Entre ellos estaría tener antecedentes familiares de primer grado, problemas en el embarazo y en el parto, traumas y abuso en la infancia o exposición a algunas drogas. Estos factores genéticos y ambientales pueden provocar alteraciones en el desarrollo cerebral y en las sustancias químicas (neurotransmisores) que establecen la comunicación entre las neuronas y las áreas cerebrales.
Se desconoce también cómo prevenir su aparición. Existen intervenciones que pueden mejorar notablemente su desarrollo. El diagnóstico y tratamiento precoz están relacionados con mejor evolución y pronóstico. Las drogas en sí mismas no causan esquizofrenia, aunque en personas predispuestas contribuyen a desencadenarla. Especialmente el cannabis y los estimulantes (anfetaminas y derivados, cocaína, etc.) se relacionan de forma directa con la aparición de síntomas psicóticos y empeoramiento notable de la evolución.
Diagnóstico
El diagnóstico lo realizan profesionales de la salud basándose en la entrevista clínica y el análisis de la conducta, los síntomas y la evolución de la persona. Tiene en cuenta también la información que proporciona la familia y su entorno. Requiere una evaluación cuidadosa y a veces es necesario que pase tiempo para ver la evolución antes del diagnóstico definitivo.
La esquizofrenia se caracteriza por la presencia de síntomas psicóticos (ideas delirantes y alucinaciones) y un deterioro del funcionamiento habitual (aislamiento, abandono de estudios y trabajo, etc.) que persiste en el tiempo y/o se presenta en varios episodios. Cada persona puede tener una combinación de síntomas muy variable, siendo lo habitual que cambien en grado y presencia de forma notable a lo largo de la vida y del curso de la enfermedad. A veces aparecen sin previo aviso (tras un desencadenante de estrés, consumo de drogas, etc.) y más frecuentemente de manera lenta y progresiva, durante meses e incluso años hasta que se hacen evidentes.
Una clasificación de los síntomas los agrupa en:
- "Positivos" o psicóticos: interfieren en la valoración de la realidad y se relacionan con las conductas más aparatosas y alarmantes. Podría decirse que se añaden a los pensamientos o percepciones propias.
- "Negativos": afectan a las emociones, los intereses, la motivación, la interacción y relaciones sociales. Disminuyen o hacen desaparecer las capacidades necesarias para el funcionamiento psicosocial.
Un episodio de síntomas psicóticos despierta la alarma, aunque no en todos los casos terminará diagnosticándose una esquizofrenia: situaciones de estrés o el consumo de ciertas drogas pueden dar lugar a episodios aparatosos, conductas muy alteradas, ideas delirantes y alucinaciones, que desaparecen sin dejar secuelas y sin repetirse. Generalmente resultan más incapacitantes los síntomas negativos.
La esquizofrenia se diagnostica por la presencia de síntomas psicóticos y un deterioro del funcionamiento habitual que persiste en el tiempo y/o sufre recaídas.
Síntomas
Síntomas positivos o psicóticos:
- Alucinaciones: las personas perciben sensaciones (sonidos, olores, imágenes) que no existen. En el caso de la esquizofrenia las más frecuentes son las auditivas, mayoritariamente en forma de voces que se dirigen a la persona o comentan entre ellas sus acciones. Pueden ser agradables, pero por lo general se viven de forma muy desagradable. Pueden oír sonidos como música, golpes o voces cuando nadie ha hablado o sentir cambios en los órganos internos.
- Ideas delirantes: son ideas y creencias que no corresponden con la realidad y no son compartidas, pero la persona las vive como ciertas. Todas las personas pensamos a veces cosas que no se corresponden exactamente con la realidad, pero en la esquizofrenia suceden de una manera más intensa y conllevan más sufrimiento. Frecuentemente son de tipo paranoide, es decir, las personas creen estar siendo vigiladas, perseguidas, amenazadas o perjudicadas por otras, por grupos u organizaciones, etc. Algunas personas tienen ideas delirantes que resultan extrañas o irracionales como por ejemplo “me han implantado un chip en el cerebro” o “han instalado cámaras en casa para vigilarme”.
Las alucinaciones e ideas delirantes pueden producir gran angustia y temor
- Pensamiento desorganizado: Se manifiesta con dificultades para pensar de forma lógica y expresar las ideas con claridad. Los procesos de razonamiento y de conexión de las ideas que componen el pensamiento pueden verse afectados especialmente durante las recaídas. Esto puede dificultar la comprensión durante la conversación haciendo que resulte confusa, extraña y poco clara. Pueden aparecer problemas para concentrarse, mantener la atención y organizar sus ideas, algo que afecta a las relaciones sociales y el rendimiento laboral o académico.
Las ideas delirantes y las alucinaciones pueden producir gran angustia y temor en la persona que las percibe porque las sienten como una amenaza, y provocan comportamientos alarmantes que buscan huir y/o defenderse de posibles agresiones. No son errores, confusiones o imaginaciones que puedan combatirse en momentos de crisis mediante el razonamiento, para estas personas son vividas como reales, aunque para las personas del entorno no lo sean.
Síntomas negativos:
- Aplanamiento afectivo. Las personas parecen no reaccionar, su expresión emocional (alegría, tristeza) se reduce, incluyendo sus gestos o su tono de voz. Puede dar la sensación de que no siente o siente menos las cosas, aunque internamente sus emociones pueden ser muy intensas.
- Dificultad para experimentar sensaciones placenteras (anhedonia). Ven reducida su capacidad para disfrutar de las cosas cotidianas: una conversación, una lectura, una película, un paseo…
- Disminución del interés (apatía). Las actividades habituales resultan indiferentes y no quieren iniciar nuevas.
- Disminución de la iniciativa (abulia). Se pierde la energía necesaria para los quehaceres cotidianos y cuesta tomar decisiones.
- Aislamiento social.
Estos síntomas afectan a las emociones, los intereses, la motivación, la interacción y las relaciones sociales. Su presencia es muy variable, pudiendo ser más evidente en los periodos de estabilidad y en las fases más avanzadas de la enfermedad. Generalmente producen menor alarma en el entorno, aunque son los que generan mayores problemas para afrontar la vida cotidiana, las relaciones sociales y los que más afectan al rendimiento en el trabajo o estudios, así como a la calidad de vida de las personas. Llegan a asociarse con discapacidad y resultan más difíciles de estabilizar.
Su presencia puede tener repercusión en las relaciones interpersonales. A veces quedan limitadas al entorno familiar o en situaciones extremas les lleva al aislamiento. También puede afectar el sueño, la alimentación, la higiene personal y la forma de vestir.
Cognitivos
Los síntomas cognitivos se refieren a la dificultad para concentrarse, recordar, organizar, planificar y resolver problemas. Se manifiesta de diferentes formas, como dificultad para concentrarse lo suficiente para leer, ver una película, la televisión o seguir instrucciones. Hay quienes no pueden ignorar distracciones.
Afectivos
Los trastornos del estado de ánimo y la ansiedad son comunes en personas que tienen esquizofrenia. Están asociados sobre todo a dos momentos:
- El inicio de la enfermedad: se experimentan los primeros síntomas y se viven con extrañeza por el desconocimiento.
- El momento en el que desaparecen los síntomas y se toma conciencia de la situación y su repercusión.
Tratamiento
Las personas con esquizofrenia requieren un tratamiento específico adaptado a sus síntomas, situación personal, familiar y social que considere de manera integral los aspectos significativos en los que la enfermedad impacta en su vida.
Puede combinarse varias líneas de tratamiento:
- Medicación
- Psicoterapia
- Psicoeducación
- Red de apoyo. Persona cuidadora en algunas situaciones
- Programas de rehabilitación, que ayuden a la persona en su integración social y laboral pudiendo retomar y/o cumplir sus metas
Recuperar la autonomía y las capacidades para la vida es un objetivo prioritario en la recuperación
El objetivo principal del tratamiento es la recuperación, no la curación. En la práctica se traduce en adquirir las capacidades necesarias para llevar una vida satisfactoria, con objetivos personales, autoestima y conexión con el entorno. La recuperación se propicia al asumir el manejo y la gestión de la propia enfermedad, el control de los síntomas y la oportunidad de mantener y/o retomar todos los aspectos de la vida. Frecuentemente tendrá altibajos que se superarán más fácilmente con una actitud participativa, información y apoyos.
Cada persona puede precisar apoyos distintos durante el proceso. En este sentido son esenciales:
- Una actitud personal positiva y de confianza en las posibilidades de mejora.
- Contar con apoyo social (familia, amistades y entorno).
- Disponer de recursos que favorezcan la integración laboral y la vida independiente.
- La actitud social libre de estigma.
Las personas con esquizofrenia necesitan tomar medicación durante largos periodos de tiempo o, en muchas ocasiones, de manera indefinida. Los medicamentos utilizados se llaman antipsicóticos. Tratan los síntomas como las ideas delirantes y las alucinaciones, previenen la aparición de nuevos episodios de descompensación y aumentan la esperanza de vida. Actúan sobre sustancias cerebrales denominadas neurotransmisores. Pueden provocar algunos efectos secundarios como la somnolencia o el aumento de peso, aunque en lo últimos años con la aparición de nuevos fármacos, cada vez son más leves y menos frecuentes.
Se administran por vía oral o mediante inyección. Para algunas personas esta forma resulta más cómoda ya que la inyección se administra en periodos más largos (varias semanas o meses) y las pastillas una o varias veces al día.
La respuesta a la medicación puede ser muy variable de unas personas a otras por lo que a veces hay que realizar cambios hasta encontrar la más adecuada, eficaz y mejor tolerada. Es necesaria la colaboración de la persona con su profesional de la salud.
La atención profesional con psicoterapia, a través de una relación continuada y de confianza, permite desarrollar de forma conjunta estrategias para mantener la estabilidad y evitar las recaídas. El apoyo es imprescindible para continuar el proceso de recuperación, reorientar la formación, el mantenimiento de la ocupación, la gestión emocional y las conexiones sociales (familia, amistades).
El objetivo es reforzar las capacidades personales y ofrecer apoyo para facilitar el bienestar y mejorar la calidad de vida de las personas con esquizofrenia, acompañándolas en el proceso de recuperación. Los síntomas negativos de la enfermedad, especialmente la apatía, la falta de iniciativa, el aislamiento, la desesperanza y las dificultades para concentrarse, hacen que algunas personas pierdan o vean deteriorados sus hábitos y capacidades para afrontar las actividades de la vida cotidiana, habilidades domésticas, gestiones o cuidado personal. Además, habitualmente el inicio suele darse en edades en el que la persona está sentando las bases de su vida adulta a nivel formativo, laboral, emocional y relacional. Esto puede dar lugar a dificultades en los estudios, en la búsqueda de trabajo, en el mantenimiento de las relaciones sociales o de pareja. Existen terapias para mantener estas capacidades.
Asimismo, las personas del entorno cercano pueden beneficiarse de programas específicos que les ayuden a afrontar la situación y gestionar satisfactoriamente la carga emocional, mejorando sus habilidades. Se trabajan, además, pilares básicos para el manejo de la esquizofrenia como la emoción expresada familiar, que engloba el ambiente emocional y la actitud hacia la persona con esquizofrenia.
Consiste en facilitar a las personas con esquizofrenia, sus familiares y entorno información específica sobre su enfermedad. Las principales intervenciones psicoeducativas se centran en:
- Comprender y manejar los síntomas de la enfermedad
- Detectar signos de recaída
- Descubrir y comunicar posibles efectos secundarios de la medicación
- Afrontar mejor la enfermedad y el impacto en sus vidas
Pronóstico
Muchas personas evolucionan de manera muy positiva tras sufrir uno o varios episodios o crisis, sin posteriores descompensaciones y llevando una vida integrada. Otras sufren un cierto grado de afectación a lo largo de su vida: nuevas descompensaciones, síntomas persistentes, dificultades de relación, de actividad laboral, de afrontamiento de las actividades de la vida cotidiana con necesidades variables de apoyo. Esta situación no es incompatible con la recuperación. Al igual que en otra enfermedad crónica es posible convivir y llevar una vida satisfactoria siguiendo un tratamiento y unos cuidados adecuados.
Estudios repetidos demuestran que un alto porcentaje alcanza la recuperación y se mantiene con buena calidad de vida
Existen testimonios como el del reputado matemático John Forbes Nash que fue galardonado con el premio Nobel de Economía en 1994 y convivió con esta enfermedad desde los treinta años; o el psiquiatra Nathaniel S. Lherman que en un artículo explica cómo pudo superar la enfermedad, continuando con su carrera profesional y llegando a ser Director Clínico del Centro Psiquiátrico Kingsboro en Brooklyn, Nueva York.
Problemas asociados
Existen problemas adicionales que se presentan con frecuencia a lo largo de la evolución de la enfermedad que influyen en el pronóstico:
- Conciencia de enfermedad: la toma de conciencia permite aprender a controlar los síntomas, evitar riesgos y asumir limitaciones. A menudo las personas con esquizofrenia no son conscientes de la repercusión de la enfermedad y sus consecuencias. A veces llegan a negarla y rechazan el tratamiento. La falta de cumplimiento del tratamiento y el abandono de la medicación es el principal riesgo para nuevos episodios de descompensación que agravan la situación.
- Conducta violenta: las personas con esquizofrenia no son más violentas que la población general. Durante las recaídas y crisis, si aparece la creencia de estar siendo perseguido/a, amenazado/a o perjudicado/a, se pueden presentar conductas de huida o defensivas que se manifiestan de manera violenta, pudiendo suponer un riesgo para sí mismas y su entorno. No seguir el tratamiento y/o consumir drogas tiende a empeorar estas conductas.
- Hábitos de vida inadecuados: con cierta frecuencia aparece consumo elevado de tabaco, alimentación desorganizada, inactividad, falta de ejercicio físico, exposición a situaciones de riesgo y/o consumo de drogas. Se relacionan con más problemas de salud que afectan a su calidad y esperanza de vida. Se incluyen entre estas enfermedades obesidad, diabetes, hipertensión arterial y tabaquismo que aumentan de forma muy importante el riesgo de presentar otras enfermedades cardiovasculares, metabólicas e infecciosas.
- Suicidio: las conductas autoagresivas (infligirse daño a sí mismo/a) y el suicidio son más frecuentes que en la población general. Pueden estar motivadas por la angustia, el temor, la depresión, la falta de perspectiva vital y la desesperanza.
- Riesgo de exclusión: el aislamiento social, el estigma, la falta de empleo y de medios económicos, especialmente en ausencia de apoyo familiar o pérdida del mismo, puede conducirles a situaciones de exclusión social, precariedad de alojamiento, marginalidad y deterioro progresivo en sus condiciones de vida. La situación de exclusión les hace especialmente vulnerables a ser víctimas de abusos y violencia.
- Estigma: la esquizofrenia es la enfermedad mental que más prejuicios y connotaciones negativas suscita. El desconocimiento y las creencias negativas que se mantienen y transmiten son la base del estigma, el prejuicio y la discriminación que conlleva. La extendida asociación entre violencia y esquizofrenia, la expectativa pesimista de mejoría y el propio valor social que creen tener estas personas sobre sí mismas, generan importantes barreras para la inclusión social plena. En este sentido, la OMS señala que las personas con esquizofrenia suelen sufrir estigmatización, discriminación y la violación de sus derechos humanos.
Cuidados
Las siguientes recomendaciones te ayudarán a cuidarte:
- Toma la medicación como está prescrita. Comenta tus preferencias, los efectos secundarios y la eficacia con tu profesional de la salud. De esta forma podréis encontrar más rápidamente la que te haga sentir mejor utilizando la menor dosis posible. La principal causa de recaída es dejar la medicación, por lo que es importante que no la abandones ni modifiques sin consultar.
- No consumas drogas. Las personas que toman drogas, incluido el alcohol y el cannabis, tienen una evolución peor que las que no lo hacen. Su consumo favorece las recaídas, aumenta los síntomas e interfiere en la recuperación.
- Identifica señales de riesgo, conoce los síntomas y aprende cómo manejarlos. Busca ayuda profesional si detectas signos de recaída.
- Apóyate en tu familia, amistades y entorno cercano.
- Fomenta relaciones con personas que te aporten cosas positivas y evita aislarte.
- Mantente activo o activa. Continúa con tus estudios, trabajo u ocupación.
- Sigue una alimentación saludable y haz ejercicio físico
- No fumes o disminuye en lo posible el tabaco. Consulta con tu equipo sanitario de referencia para prevenir complicaciones.
- Mantén una actitud proactiva, toma el control para que las cosas sucedan. Busca lo que te ilusiona, proponte retos y deseos futuros, crea oportunidades para generar recuerdos positivos, plantea alternativas a los pensamientos derrotistas, valora todo lo que vas superando, rodéate de personas que trasmiten confianza, en definitiva, fomenta aquello que te ayude a mantener un estado de ánimo de optimismo que favorezca el cumplimiento de tus expectativas.
Cómo cuidar y acompañar
Si convives o cuidas a una persona con esquizofrenia es necesario que conozcas los signos y síntomas que presenta y las indicaciones de tratamiento, además de tener en cuenta la etapa vital en la que se encuentre. Requieren cuidados distintos las personas jóvenes o las que afrontan la situación final de la vida, a lo que habrá que añadir las necesidades derivadas de la fase de la propia enfermedad.
Las siguientes recomendaciones te pueden ayudar según la fase de la enfermedad:
Fase de Estabilidad
La persona sigue su tratamiento con los síntomas y posibles efectos secundarios controlados. “Está bien”.
- Fomenta su autonomía y autocuidado a través de unas rutinas diarias: Horario, aseo, ocupación, ejercicio, medicación…
Fase de Alerta
La persona tiene síntomas que hacen pensar que puede haber una descompensación. “Está bien, pero…”
- Fomenta su autocuidado y rutinas diarias.
- Observa desde la cercanía y desde la distancia. Puede que no modifique conductas cuando estás y lo haga en tu ausencia. En base a lo que percibas tendrás que decidir si sigues observando y esperas o actúas. Ten en cuenta lo aprendido durante el proceso de recuperación y/o consulta con su profesional de la salud de referencia para que te oriente sobre la acción más oportuna.
Fase de Descompensación
La persona presenta síntomas y puede que haya abandonado el tratamiento. “No está bien”. Es posible que necesite ingreso hospitalario para recuperarse. Sus profesionales de la salud te indicarán las pautas concretas. Tu implicación en la evolución y cuidados durante el tiempo en el hospital será un aprendizaje y preparación para cuando reciba el alta.
No se puede predecir el tiempo que necesitará para recuperarse en el hospital, ni posteriormente en el domicilio. Si será necesaria una mayor vigilancia y apoyo durante este periodo. Puede que la recuperación sea total o parcial, por lo que los cuidados serán diferentes. Apóyate en las personas que le atienden para que te indiquen las pautas concretas de actuación.
Cuida tu salud y tu descanso, si necesitas periodos de “respiro” organízate para disfrutarlos.
Preguntas frecuentes
¿Se cura la esquizofrenia?
La esquizofrenia es una enfermedad crónica y no existe un tratamiento eficaz que permita curarla. No todas las personas tienen el mismo grado de afectación: algunas estarán prácticamente libres de síntomas y podrán realizar una vida adaptada e integrada, mientras que otras sufrirán síntomas persistentes y recaídas frecuentes que darán lugar a importantes limitaciones y necesidades de apoyo. La mayoría tendrá una evolución intermedia que, gracias a un buen seguimiento del tratamiento y los apoyos necesarios, tenderá a alcanzar situaciones de estabilidad y una buena calidad de vida.
¿Es imprescindible la medicación?
Si, en general la medicación es imprescindible porque previene recaídas, ingresos hospitalarios y mejora la calidad de vida. Si tienes dudas consulta con tu profesional de la salud de referencia.
¿Son violentas las personas con esquizofrenia?
La asociación entre conducta violenta y enfermedad mental, especialmente esquizofrenia, está muy arraigada entre la población y es uno de los prejuicios más importantes que alimentan el estigma. La mayoría no manifiestan conductas violentas ni suponen amenaza alguna para otras personas. Al contrario, son más vulnerables y tienen más riesgo de sufrir abuso y violencia, en especial cuando se encuentran en situaciones de exclusión y falta de protección.
Es cierto que, en determinadas circunstancias, pueden tener comportamientos agresivos, durante episodios de descompensación con presencia de ideas delirantes y alucinaciones. Las personas que consumen drogas o no siguen tratamiento tienen un mayor riesgo de protagonizar estas conductas.
¿Alguien tiene la culpa?
No. La mayoría de personas expertas e investigadoras están de acuerdo en que la esquizofrenia es una enfermedad cuya predisposición es biológica, al menos en una parte genética. Como en casi todas las enfermedades la predisposición biológica interacciona con el ambiente: el estrés, las situaciones de trauma en la infancia, el consumo de drogas, u otros factores psicosociales y ambientales contribuyen a desencadenar la enfermedad y modulan su evolución.
Enlaces de interés
Asociaciones
- AVIFES. Asociación Vizcaína de Familiares y Personas con Enfermedad Mental.
- AGIFES. Asociación Guipuzcoana de Familiares y Personas con Problemas de Salud Mental
- ASAFES. Asociación Alavesa de Familiares y Personas con Problemas de Salud Mental
- ASASAM. Asociación del valle de Ayala de Familiares y Personas con Problemas de Salud Mental
- FEDEAFES. Federación de Euskadi de Asociaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental
- Salud Mental España. Confederación Salud Mental España
Otros enlaces
- Cómo afrontar la esquizofrenia: Una guía para familiares, cuidadores y personas afectadas. Escrita por Sergio Rebolledo Moller y María José Lobato Rodríguez y con el respaldo de la Sociedad Española de Psiquiatría y la Asociación Española de Neuropsiquiatía.
- Convivir con la Esquizofrenia: Guía dirigida a personas afectadas por la esquizofrenia. Realizada en 2009 por el Grupo de trabajo de la Guía de Práctica Clínica sobre la Esquizofrenia y el Trastorno Psicótico Incipiente. Avalada por el Ministerio de Sanidad y Consumo y por el Departament de Salut de la Generalitat. Revisada por Asociación de Usuarios de Salud Mental (ADEMM)
- Manejando la esquizofrenia: Un folleto para pacientes, familiares y cuidadores. Documento realizado en Escocia en 2013 y traducido al castellano en 2014 por el Servicio Andaluz de Salud.
- Hacer de la recuperación una realidad. Editado por el Sainsbury Centre for Mental Health, traducido al castellano en 2008 por el Servicio Andaluz de Salud.
- Entendiendo la Esquizofrenia. Guía de Osakidetza nº 8.
- Portal Clinic. Tratamiento de la esquizofrenia.
- Medicamentos antipsicóticos para tratar la esquizofrenia y el trastorno bipolar. Guías Sumarias de los Consumidores. Versión en castellano de la guía publicada por la Agency for Healthcare Research and Quality americana dirigida al contexto norteamericano, pueden diferir de nuestro entorno.
Fecha de última modificación: