Insuficiencia cardiaca
- żQué es?
- Síntomas
- Diagnóstico
- Cuidados
- Cómo cuidar y acompańar
- Talleres Paciente Bizia - Paciente Activo
- También te puede interesar
¿Qué es?

Es una enfermedad en la que el corazón no bombea bien. Esto hace que la sangre no circule por todo el cuerpo y, como resultado, los órganos no reciban la cantidad de sangre que necesitan y se acumule líquido.
Aunque puede aparecer a cualquier edad, es más frecuente en personas mayores. Hay casos en los que la enfermedad se presenta de forma repentina y puntual, pero lo habitual es que los síntomas aparezcan de modo gradual, se vayan haciendo más intensos a lo largo del tiempo y se alternen periodos de descompensación con los de mejoría.
Existen condiciones que favorecen la aparición de insuficiencia cardiaca. Algunas no se pueden modificar, como la edad, pero otras sí, como el consumo de tabaco, alcohol y otras sustancias tóxicas, inactividad física y niveles altos de grasa en sangre, entre otras.
¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas varían en función de la persona y de lo avanzada que esté la insuficiencia cardiaca.
Cuando el corazón empieza a bombear mal la sangre, es posible que no haya síntomas. Sin embargo, a medida que la enfermedad empeora y se retienen líquidos, pueden aparecer:
- Problemas para respirar o tos seca. Esto impide que se pueda mantener la actividad habitual o que se necesiten más almohadas para dormir, ya que elevando la cabeza se alivian estos síntomas.
- Despertares nocturnos con dificultad para respirar y necesidad de incorporarse para dormir.
- Latidos cardíacos acelerados, incluso en reposo.
- Pies, tobillos, piernas y/o abdomen hinchados.
- Subida de peso en pocos días.
- Cansancio, debilidad o mareos.
- Orinar poco durante el día y mucho por la noche.
Cuando hay descompensación
En el transcurso de la enfermedad, a veces ocurre que hay un empeoramiento brusco de los síntomas. Se llama descompensación y puede suponer una situación de urgencia. Es importante identificar qué situaciones han provocado el empeoramiento, para así intentar evitarlas. Las más comunes son:
- Dejar de tomar la medicación.
- El consumo de alcohol y tabaco.
- No cumplir con las recomendaciones de dieta o ejercicio.
- La propia progresión de la insuficiencia cardiaca.
- La aparición o empeoramiento de otra enfermedad (diarrea, fiebre, infección, anemia, hipertensión, diabetes…).
¿Cómo actuar ante síntomas de insuficiencia cardiaca?
Para prevenir el empeoramiento es necesario aprender a reconocer los síntomas de alarma y saber cómo actuar ante ellos. Para ello, se ha creado un semáforo según el nivel de gravedad de los síntomas.
Es importante detectar los síntomas marcados en amarillo y ponerse en contacto con el o la profesional de tu centro de salud cuanto antes para evitar que la situación se agrave (color rojo).
SI TIENES
- Difiultad para respirar o empiezas a ponerte azul.
- Cambios en el color de la piel: palidez, tono azulado...
- Flemas o la saliva de color rosado.
- Dolor en el pecho intenso u opresivo.
- Palpitaciones o taquicardia que te provocan mareos o sudoración.
- Confusión.
- Pérdida de conocimiento.
CONTACTA CON EMERGENCIAS
LLAMA:
- Araba: 945 24 44 44
- Bizkaia: 94 410 00 00
- Gipuzkoa: 943 46 11 11
- ó al 112 desde otras comunidades autónomas
SI SIENTES
- Mayor hinchazón en los tobillos.
- Ganancia de peso, 1 kg en un día o 2-3 kg en 2 o 3 días.
- Necesitas más almohadas para dormir.
- Más tos de lo habitual o de manera persistente.
- Dificultad para respirar.
- Silbidos o ruidos en el pecho cuando estás en reposo.
- Despertares nocturnos porque no puedes respirar.
- Mareos, cansancio o debilidad.
- Fiebre o infecciones.
- Pérdida de apetito.
SOLICITA UNA VALORACIÓN
Es posible que necesites ajustar el tratamiento, contacta con:
- Horario habitual: tu profesional de referencia del centro de salud.
- Fuera del horario: Consejo Sanitario (tel. 900 20 30 50) o acude a tu PAC (Punto de Atención Continuada)
SI TUS SÍNTOMAS ESTÁN CONTROLADOS
- Sigue tomando la medicación según está prescrita.
- Controla tu peso a diario.
- COntinúa con la dieta con poca sal.
- Acude a las consultas de seguimiento.
- Participa en actividades o grupos de apoyo de tu comunidad.
- Resuelve tus dudas contactando con su centro de salud o con el Consejo Sanitario.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico se realiza a partir de los signos y síntomas, y los antecedentes clínicos de la persona. En algunos casos serán necesarias pruebas como:
- Electrocardiograma (ECG). Es una prueba rápida e indolora que registra la actividad eléctrica del corazón. Para realizarla se colocan electrodos en el pecho, brazos y piernas.
- Análisis de sangre. Determina los elementos que hay en la sangre (glucosa, colesterol, hormonas…) y que podrían informar sobre el grado en el que el corazón y otros órganos están dañados.
- Radiografía de tórax. Muestra el estado del corazón y los pulmones, y si están dañados a causa de la insuficiencia cardiaca.
- Ecografía de corazón (ecocardiograma). Mediante ondas sonoras se puede ver la forma del corazón, su movimiento, las dimensiones de sus cavidades, el estado de las válvulas y la presencia de líquido.

¿Cómo cuido mi corazón?
Para retrasar la evolución de la enfermedad y mejorar la calidad de vida es fundamental:
Realizar cambios en el estilo de vida

- Pesarse todos los días y en las mismas condiciones. Por la mañana tras despertar y orinar, antes de tomar cualquier alimento, siempre con ropa parecida y la misma báscula en la misma posición. De esta forma, se sabrá si se están reteniendo líquidos. En caso de ganar más de 1,5-2 Kg en dos días, contacta con tu profesional de la salud.
- Evitar el sobrepeso y la obesidad. El corazón de una persona con sobrepeso u obesidad tiene que trabajar más para satisfacer las necesidades de su cuerpo. La disminución de peso ayuda a prevenir la enfermedad o evitar el empeoramiento.
- Realizar actividad física adecuándola a lo que se pueda hacer. Hacer ejercicios aeróbicos todos los días, como caminar, nadar y montar en bicicleta, mejora los síntomas, disminuye el estrés y refuerza la energía. Además, reduce el riesgo de hospitalización y mejora la calidad de vida. Dos veces por semana, complementar el ejercicio físico aeróbico con ejercicios de fuerza, como las sentadillas, y de movilidad y flexibilidad.
- Evitar consumir alimentos con mucha sal. Cocinar sin añadir sal a aquellos alimentos que ya la tienen. Para condimentar se puede utilizar vinagre, limón, hierbas aromáticas o especias. Como recomendación general, es preferible no consumir alimentos precocinados o en lata, como embutidos, conservas, salsas y bebidas con gas.
- No se recomienda limitar el consumo de líquidos, a menos que lo haya indicado tu profesional de la salud.
- Dejar de fumar. Fumar empeora la insuficiencia cardiaca y aumenta la probabilidad de sufrir un ataque cardíaco o morir.
- Evitar el alcohol.
- Las personas con diabetes o hipertensión deben seguir las recomendaciones de dieta, actividad física y tratamiento indicadas para mantener la tensión por debajo de 140/90 mmHg y la cantidad de azúcar en sangre en los niveles propuestos.
- Dormir o descansar durante 8 horas.
- Evitar el estrés. Puedes ponerte en contacto con otras personas con insuficiencia cardiaca a través de asociaciones. También lo puedes hacer a través de los talleres del programa Paziente Bizia - Paciente Activo, donde podrás conocer mejor la enfermedad y, si lo deseas, convertirte en monitor o monitora.
Tomar la medicación

La medicación mejora los síntomas y previene el empeoramiento de la enfermedad. Por eso es importante continuar con el tratamiento, aunque desaparezca el malestar. Cada medicamento tiene su función y todos son necesarios. Algunos fármacos ayudan a que el corazón bombee de forma más eficaz, y los diuréticos sirven para eliminar el líquido retenido en el cuerpo.
Cada persona toma la medicación ajustada a sus necesidades, y el tratamiento puede ir cambiando en función de cómo estés. Te recomendamos que anotes los nuevos cambios y revises la forma de tomarlos.
Para evitar olvidos y tomar la medicación de modo seguro recomendamos:
- Anotar el tratamiento en un lugar visible. Incluir las medicinas que tomas, la dosis y la hora. También puedes tener una copia en tu cartera para los desplazamientos y viajes.
- Utilizar sistemas como alarmas o avisos para evitar olvidos. Las personas que viven contigo o las farmacias también pueden ayudarte.
- Informar de que tienes insuficiencia cardiaca y la medicación que tomas a profesionales sanitarios que no te conocen, y siempre que acudas a un centro sanitario (servicio de urgencias, dentista). También es importante que sepan si adquieres productos de parafarmacia (dietética, herboristería, etc.).
Es importante saber que:
- A veces, estos medicamentos pueden provocar efectos secundarios. Si notas que algo no te sienta bien, consulta con tu profesional de referencia.
- Los fármacos efervescentes y los antinflamatorios (ibuprofeno, diclofenaco, dexketoprofeno, etc.) pueden favorecer la retención de líquidos y empeorar los síntomas, por lo que, en general, evita tomarlos a menos que te lo hayan prescrito.
Vacunarse frente a la gripe todos los años puede proteger frente a esta enfermedad, que agrava la insuficiencia cardiaca. Por esta razón, también se recomienda la vacunación frente al neumococo con una dosis para toda la vida.
Viajar con insuficiencia cardiaca

Precauciones durante los desplazamientos y los viajes:
- Organiza los viajes según tu capacidad física.
- Lleva contigo la medicación, el listado del tratamiento y la dosis, fármacos de reserva y el historial médico.
- En los cambios horarios, ajusta la medicación lentamente.
- Evita conducir cuando sientas fatiga o dificultad para respirar.
- Durante los viajes en autobús, ten en cuenta si éste tiene WC. Podrías necesitar usarlo si usas diuréticos.
- No hay inconveniente en viajar en avión. Si lo necesitas, puedes contactar con la compañía área para que te permitan viajar con oxígeno. Lleva la medicación en el equipaje de mano.
Cómo cuidar y acompañar

Cuidar y acompañar a una persona con una enfermedad crónica compleja supone darle importancia y centrarse tanto en su salud física como en la emocional.
Suelen pasar por distintas etapas durante el largo periodo en el que conviven con estas enfermedades. En una de esas temporadas puede cobrar protagonismo el cansancio, la desmotivación, la falta de motivación a seguir unos hábitos o tratamientos.
Además, los cambios frecuentes en los cuidados o el tratamiento, los ingresos hospitalarios repetidos y las nuevas limitaciones físicas, unidos a las emociones de tristeza, ira, enfado o angustia pueden desembocar en una falta de interés general, en que busquen soledad y que se relacionen menos o se comuniquen de manera inapropiada.
Es en estas situaciones donde la familia y amistades cobran un papel importante por su labor de acompañamiento y apoyo. En este sentido, no existe una única recomendación válida que sirva para todas las situaciones posibles, pero la base del cuidado se cimienta sobre el respeto de la voluntad, los espacios y los tiempos de quien tiene la enfermedad.
Acompañar implica que las personas se sientan escuchadas, comprendidas y seguras de no estar solas. Este apoyo se puede reflejar con acciones simples como mostrar interés mediante preguntas sencillas, acudir a las consultas y respetar su ritmo y decisiones, entre otras.
Por otra parte, el desconocimiento empeora la evolución de la persona, ya que puede crear miedos y paralizar. En este sentido, las personas que cuidan cumplen con un rol relevante a la hora de recoger la información y de ayudar a entender la enfermedad. Es importante que la persona con enfermedad crónica sea consciente de la realidad para poder asumirla y encontrar nuevas motivaciones.
Si cuidas a una persona y quieres trabajar su estado emocional o el tuyo, puedes hacerlo en el enlace: Salud emocional.
Sobrecarga de la persona cuidadora
En ocasiones, la persona cuidadora realiza importantes esfuerzos emocionales y físicos de forma constante a lo largo del tiempo. Esto puede producir un descuido del estado anímico y del propio cuidado, desde la alimentación y el descanso hasta la actividad física, el ocio y las amistades. Como consecuencia, puede desarrollarse una sobrecarga con un desgaste físico, psicológico y de la salud.
Para saber más sobre cómo cuidarte mientras cuidas, puedes leer el apartado: Persona cuidadora.

Formación presencial / videoconferencia (7 sesiones)
Este taller, enmarcado en el programa Paziente Bizia - Paciente Activo, está dirigido a personas con insuficiencia cardiaca y a quienes las cuidan. El taller se desarrolla durante siete sesiones grupales de 2 horas, una por semana hasta un total de siete.
Haber participado antes en este taller hubiese evitado muchos ingresos y complicaciones.Participante del taller.

Formación online (6 semanas)
Este taller, enmarcado en el programa Paziente Bizia - Paciente Activo, está dirigido a todas las personas cuidadoras. El taller tiene modalidad online sin horarios y de manera anónima, con una duración de seis semanas y una dedicación mínima de 90 minutos por semana.
Solo puedo dar las gracias, por sentirme apoyado en este curso. Cada uno tenemos una situación pero todos compartimos nuestras dificultades y alegrías y ayuda en el caminoParticipante del taller.
- Información sobre Kronik ON Insuficiencia cardiaca y pluripatología
- Hoja resumen “Cómo cuidar la insuficiencia cardiaca”
- Hoja completa “Cómo cuidar la insuficiencia cardiaca”
- Hoja sobre “¿Qué puedo hacer para cuidarme?”
- Ficha para realizar un “Plan de cuidados”
- Ficha de registro para el seguimiento de signos y síntomas


Enlaces de interés
- Escuela Paciente Experto. Insuficiencia cardiaca
- Información útil sobre insuficiencia cardiaca para pacientes, familiares y cuidadores
- Fundación Española del Corazón
- Ruedas de ejercicio físico para personas mayores de 70 años (vídeo)
- Evitar errores de medicación. Recomendaciones para pacientes
- Guía del paciente portador de dispositivos de estimulación cardiaca en seguimiento remoto
- Guía de fármacos para pacientes con insuficiencia cardiaca
Fecha de última modificación: