Mareo, síncope y parada cardiorrespiratoria

Mareo

¿Qué es?

El mareo es el malestar que genera un amplio abanico de sensaciones tales como desvanecimiento, atontamiento, debilidad o inestabilidad. El mareo que crea la falsa sensación de que tú o el entorno está girando se conoce como vértigo periférico. Éste se debe a una alteración en el aparato que se encarga del equilibrio, el auditivo.

Si los mareos son frecuentes, estos pueden afectar de forma considerable a la persona en su día a día, pero rara vez son señales de un trastorno con riesgo para la vida.

La sensación de mareo es un motivo de consulta frecuente en los centros de salud de Atención Primaria. Se estima que la prevalencia es superior al 20%, aumenta con la edad y suele ser más frecuente en mujeres.

Síntomas

Las personas que sufren mareos los suelen describir de diferentes formas:

  • Sensación falsa de movimiento o vueltas (vértigo).
  • Aturdimiento o sensación de desmayo.
  • Inestabilidad o pérdida del equilibrio.
  • Sensación de estar flotando en el aire o con la cabeza pesada.
  • Náuseas, vómitos.

Estas sensaciones pueden empezar o empeorar al caminar, al ponerse de pie o mover la cabeza. El mareo puede estar acompañado de náuseas, o ser tan repentino o intenso que necesites sentarte o acostarte. Dura desde unos segundos hasta días, y puede repetirse en el tiempo.


¿Cómo actuar?

Si un mareo es causado por alguna enfermedad, habrá que tratarla primero.

Si una persona tiene tendencia a marearse, se recomienda:

  • Beber suficiente líquido, tener una alimentación saludable, descansar y evitar el estrés.
  • Evitar consumir cafeína, alcohol, sal y tabaco. El uso excesivo de estas sustancias puede empeorar los síntomas.
  • Evitar cambios bruscos de postura y movimientos repentinos.
  • Si está acostada, levantarse lentamente y esperar unos segundos sentada antes de ponerse de pie.
  • Sentarse o acostarse de inmediato cuando tenga sensación de mareo. Ante un episodio de vértigo, acostarse con los ojos cerrados en una habitación oscura.
  • Pararse y asegurarse de tener algo donde sostenerse.
  • Si los mareos son causados por un exceso de calor o deshidratación, hay que descansar en un sitio fresco y beber líquidos.
  • Si los mareos son provocados por un medicamento, se aconseja consultar con el equipo sanitario.
  • Evitar conducir o trabajar con máquinas pesadas, si experimenta mareos frecuentes imprevistos.
  • Eliminar los obstáculos con los que se puede tropezar, como alfombras y cables eléctricos al descubierto. Utilizar alfombras antideslizantes en los pisos del baño y la ducha. Tener una buena iluminación.

Desmayo o síncope

¿Qué es?

El desmayo o síncope es una pérdida de consciencia brusca y de corta duración de la que la persona se recupera de forma espontánea. Se produce porque, por un momento, el cerebro recibe menos flujo de sangre. Además, los músculos pierden fuerza (tono), lo que puede provocar una caída.

El corazón bombea la sangre a través de las arterias, de forma que el oxígeno y los nutrientes que se transportan llegan a todo el cuerpo. Cuando la cantidad de sangre que se envía al cerebro disminuye de forma brusca y pasajera, se puede producir una pérdida de conocimiento.

Es un problema frecuente y la mayoría de las veces no tiene relación con ninguna enfermedad. Los nervios del organismo se conectan con el corazón, con las arterias y con las venas, por eso pueden regular la velocidad y la fuerza con la que el corazón se contrae. También cambian el calibre de los vasos sanguíneos para que llegue sangre suficiente al cerebro. Si estos nervios envían una señal inadecuada y el cerebro no recibe la sangre que necesita, la persona puede sufrir un desmayo, que suele ser benigno. Sólo un porcentaje pequeño de los síncopes se deben a enfermedades del corazón y del cerebro.

Se estima que entre un 15% y un 35% de la población ha tenido un síncope a lo largo de su vida.

Síntomas

Antes de sufrir un síncope y perder el conocimiento, la persona puede sentir debilidad o mareo. Además, puede padecer:

  • Piel pálida.
  • Aturdimiento.
  • Visión borrosa.
  • Cambios en la visión: el campo de la visión se estrecha y solo se ve lo que está enfrente (visión en túnel).
  • Náuseas.
  • Sensación de calor.
  • Sudor frío y húmedo.

Las personas que ven a una persona desmayarse podrán apreciar:

  • Movimientos bruscos y anormales.
  • Pulso lento y débil.
  • Pupilas dilatadas.

De forma general, los síncopes duran poco y la persona se recupera en menos de un minuto.


¿Cómo actuar?

Factores que favorecen un síncope

Hay factores que favorecen que las personas puedan tener un síncope:

  • Estrés.
  • Dolor.
  • Falta de descanso.
  • Esfuerzos físicos intensos.
  • Cambios bruscos de posición, como levantarse o incorporarse muy rápido.
  • Variaciones intensas de temperatura.
  • Consumo de alcohol.
  • Comidas muy abundantes.

Cómo prevenirlo

Por eso es importante reconocerlos y tomar precauciones:

  • Evitar situaciones que produzcan mareo o debilidad: lugares cerrados donde haga mucho calor, zonas muy concurridas o con poca ventilación, ver heridas o sangre, etc.
  • Incorporarse de forma lenta y progresiva tras un desmayo o cuando la persona ha estado acostada, sentada o agachada durante un tiempo prolongado. De esta manera, el cuerpo tiene tiempo para adaptarse al cambio de posición.
  • No pasar mucho tiempo de pie sin desplazarse.
  • Dormir las horas recomendadas.
  • Evitar estar en ayunas durante un tiempo prolongado.

Cuando no se puede evitar

  1. Si sientes que te vas a desmayar, recuéstate y levanta las piernas. Esto permite que la gravedad mantenga el flujo de sangre hacia cerebro. Si le pasa a otra persona, trata de evitar que se golpee al caerse y una vez esté tumbada, elévale las piernas.
  2. Otra posibilidad es sentarse y colocar la cabeza entre las rodillas hasta que la sensación mejore.

Cuando los síncopes se repiten en el tiempo, duran más de lo habitual o se acompañan de otros síntomas, es recomendable consultar con tu profesional de la salud de referencia.

Parada cardiorrespiratoria

¿Qué es?

La parada cardiorrespiratoria es una pérdida de conocimiento brusca e imprevista que ocurre cuando el corazón deja de latir y, en pocos segundos, se frena la respiración.

El corazón tiene un sistema eléctrico que regula la frecuencia y el ritmo de los latidos. Cuando este sistema no funciona bien, el corazón puede latir muy rápido, muy lento o de forma descoordinada. En ocasiones, estos latidos anormales (arritmias) no son capaces de llevar la sangre a los órganos del cuerpo, lo que hace que dejen de recibir el oxígeno y los nutrientes que necesitan y empiecen a fallar. En cuestión de 5-10 minutos la persona muere.

Según la Sociedad Española de Cardiología (SEC), en España se producen unas 52.300 paradas cardiacas al año. Y en Europa, la parada cardiorrespiratoria causa más de 250.000 muertes al año.

Pronóstico

Si la parada cardiaca se detecta y trata de inmediato, pueden evitarse los daños a los órganos, al cerebro e incluso evitar la muerte de la persona. El pronóstico depende del tiempo que pasa desde que el corazón se detiene hasta que se realizan maniobras de resucitación. Por eso, es muy importante que todas las personas sepan actuar de forma rápida y correcta ante esta situación.

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