Paciente Activo en casa
Pequeñas pinceladas sobre autocuidado y confinamiento
Tras el confinamiento por la Covid-19, y casi sin tiempo para procesar la nueva situación, desde la coordinación del Programa Paziente Bizia-Paciente Activo nos vimos en la necesidad de modificar las rutinas y los hábitos del día a día. Ante esto, nos preguntamos:
- ¿Dejaremos de hacer ejercicio?
- ¿Cambiaremos nuestra forma de alimentarnos?
- Y a nivel emocional, ¿tendremos herramientas suficientes para gestionar esta situación?
Para dar respuesta a estas preguntas se creó el chat “Paciente Activo en casa”, integrado por algo más de 30 monitores del programa (personas que conviven con la enfermedad crónica y/o son personas cuidadoras), que acogieron con agrado la invitación para solventar la necesidad de adaptar sus cuidados o los de las personas con las que conviven durante el confinamiento, trabajar en equipo y compartir experiencias, herramientas y habilidades.
Durante una hora y media diaria y más de 40 días, nos acompañamos y apoyamos virtualmente, incluso celebrando juntos, porque no, los resultados satisfactorios de revisiones médicas y pruebas diagnósticas.
Así, suscribiendo las palabras de los y las participantes del chat, llegamos a la conclusión que el programa Paziente Bizia-Paciente Activo ha aportado y aporta herramientas para hacer frente a este confinamiento, como a continuación se detalla:
Cumplir propósitos:
Formulamos propósitos en las actividades de la vida diaria para cuidar más la salud, en relación a comer de forma saludable, hacer ejercicio…etc. Además, éste es un primer paso para hacer honor al método con el que se trabaja en los talleres de Paziente Bizia-Paciente Activo.
Y así fue el comienzo de ese primer fin de semana en casa.
Menús saludables:
Intercambiamos menús y recetas saludables, demostrando saber escoger adecuadamente los alimentos, interpretando de manera correcta las etiquetas nutricionales de los mismos, así como prepararlos de forma sana y con un poco de menos de cantidad, para adaptarse al sedentarismo impuesto.
Compartir experiencias:
Compartimos experiencias mediante la técnica de resolución de problemas. El grupo se dispuso a ayudar a aquellas personas que habían tenido alguna dificultad en el cumplimiento de sus propósitos.
“Los objetivos ya forman parte de nuestros propósitos personales, los cuales, gracias al programa sabemos sobradamente tanto formularlos correctamente, como cumplirlos”.
Ejercicio físico saludable:
Creamos programas que combinan ejercicios de fuerza, aeróbicos o de estiramientos, utilizando para ello recursos domésticos o virtuales como clases online de baile, pesas (con botes de comida, leche o latas), clases de aeróbic con la familia…etc.
Relajación:
Repasamos las recomendaciones para un correcto descanso, entre otras, crear una rutina antes de acostarse, eliminar los excitantes y alimentos que pueden interferir en el sueño, las cenas copiosas…etc.
Poniendo en práctica una vez más la dinámica de la visualización, realizamos un “viaje virtual” con el fin de eliminar tensiones acumuladas y relajarnos.
Control de la situación:
El programa “ayuda a seguir mi rutina de medicación con tácticas para no olvidarse de ser Proactivo, porque se aprende a preparar la consulta médica o de enfermería y sobre todo a mejorar la comunicación poniendo en práctica la actividad “a hablar desde el yo”, donde aprendemos a escuchar correctamente, a no increpar, o a clarificar las conversaciones, para evitar los malos entendidos que pueden aumentar, al estar más tiempo con las mismas personas en casa”.
“Otra cosa aprendida a raíz de los talleres es a descartar lo tóxico. Si no me conviene lo desecho”.
Control de emociones:
Aunamos fuerzas, y para ayudarnos en el día a día a levantar el ánimo, decidimos compartir canciones, citas y fotos.
En el grupo se señala algo muy importante, nos hemos dado cuenta que somos capaces y tenemos herramientas para manejar nuestras emociones. Compartimos algunas de las “nuevas técnicas de relación social”, como son las virtuales, los patios y los balcones vecinales.
“Además, al ayudarme a aceptar mi enfermedad como crónica, también me ayuda a que si el confinamiento provoca una crisis y necesito ayuda química, no se cae el mundo y me permite vivirla con paz, optimizando así los recursos a nuestro alcance”.
Los talleres ayudan “a cuidarse física, psicológica y socialmente, porque, aunque ya tenemos los conocimientos, cada taller es un recordatorio”.
Espíritu positivo:
Las herramientas adquiridas ayudan “a cambiar los pensamientos negativos y convertirlos en positivos, y a tener más confianza en sí mismo/a para abordar situaciones inesperadas, como en la que nos encontramos”.
“El programa aporta un espíritu más positivo a la persona, ayuda a saber controlar los horarios, a practicar más actividades como la relajación, la respiración diafragmática, el trato positivo con la familia y con todos los miembros del grupo. Así mismo, al formar parte de las dinámicas, te ayuda a sentirte uno más y a encontrar un sentido”.
“He ganado en confianza personal, y he aprendido a ver el lado positivo de la vida. Antes era mucho más pesimista, así que también ayuda a escuchar y a compartir para hablar más abiertamente de la enfermedad, a poder decidir sobre ella y controlarla yo. Eso te empodera, y así me ayuda sentirme mejor”.
Sentirse útil:
En esta situación, al igual que en el día a día, se producen cambios de roles y pasamos de un plumazo, de personas que cuidan a ser cuidadas y viceversa, reconociendo que quienes nos cuidan son: “nuestros ojos y oídos cuando vamos a consulta”, “aportan serenidad, compresión, comunicación con profesionales y otros miembros de la familia”, “acompañamiento” pero también, “deben entender que la patología es del paciente y no propia, de ahí establecer responsabilidades de cada cual para hacer el proceso más llevadero para todos los implicados, con paciencia y empatía”.
“Las personas cuidadoras son la mejor versión de la persona enferma, siempre mirarán por tu bien, debiendo respetar los tiempos del paciente”, “descubrir las cosas que no gustan al enfermo para no equivocarse y siempre ser positivo”. “Cuando por el coronavirus tenemos alguien que nos cuida se valora muchísimo sus cuidados, pero se prefiere estar al otro lado de la barrera, aunque se agradece todo lo que hace”. “Hay que saber dejarse cuidar siendo a veces difícil, sobre todo los y las que se consideran autosuficientes”.
Reflexiones todas ellas, que podrían surgir en la actividad del taller “La vivencia de cuidar” pero que nunca tuvieron como protagonista a la Covid-19.
¿Qué hemos logrado?
El programa Paziente Bizia-Paciente Activo “Ayuda a salir de uno mismo y a verse reflejado en las realidades de las demás personas, en sus dificultades y necesidades, así como en sus logros”.
“Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento”.
Viktor Frankl.
Fecha de última modificación: