Suicidio

¿Qué puedo hacer si tengo ideas de suicidio?

Muchas personas pasan en su vida por épocas difíciles en las que se sienten sobrepasadas por un problema o situación muy dolorosa. En este contexto no es extraño tener pensamientos muy intensos que causan gran angustia, confusión o desesperanza y que lleguen a aparecer ideas de suicidio o de hacerse daño.

A continuación, te facilitamos información con pautas generales que en ningún caso sustituyen a la terapia o recomendación individualizada hecha por tu profesional de la salud.

Si necesitas ayuda, consulta el apartado “¿Dónde pedir ayuda?”

Qué hacer si tengo ideas de suicidio. Mujer llorando

Te puede aliviar saber que…

Los pensamientos de suicidio normalmente son pasajeros. Suelen aparecer o hacerse más intensos en periodos concretos o “crisis”. Conforme pasan las horas o días se van volviendo más controlables, provocan menos angustia e incluso pueden llegar a desaparecer, aunque persista el problema. Ante el sufrimiento intenso el suicidio puede percibirse como solución, pudiendo ser una decisión irreversible en una situación que con el tiempo mejore.

Muchos problemas pueden resolverse. Puede que sientas que esa preocupación que te invade no tiene solución, aunque también es probable que con apoyo y algo de tiempo encuentres una salida satisfactoria o la forma de aceptarlo y convivir con ello.

Intenta hablar con alguien de confianza, podría servirte para tomar cierta distancia y tener otros puntos de vista. Si afrontas varios problemas a la vez, céntrate primero en uno, mejorará tu resultado y sensaciones.

Las ideas de suicidio muchas veces se asocian con estado de ánimo bajo, depresión, ansiedad u otros problemas relacionados con la salud mental. Su tratamiento por profesionales de la salud es una forma eficaz de reducir el sufrimiento.

Recomendaciones:

  1. Concédete un tiempo

    Tómate «tiempo» antes de asumir decisiones que no tienen vuelta atrás. Muchas personas han pasado por momentos similares y han logrado superarlos.

    ¡Pide ayuda! Puedes escuchar los testimonios de otras personas que estuvieron en esta situación al final de este apartado

  2. Busca ayuda

    Puede que sientas que no puedes compartir con nadie lo que te está sucediendo o no te creas capaz de hacerlo. Lo cierto es que las personas que lo han hecho, sienten alivio. Se trata de una situación que puedes superar con el apoyo adecuado. Busca a alguien en quien confíes y explícale cómo te sientes. Es un paso muy importante que te encamina a superar la situación. Puede ser un familiar, amigo, compañero de trabajo, la persona que tú consideres de tu entorno cercano o los teléfonos de ayuda (Consejo sanitario, 112, Teléfono de la esperanza, etc.).

    Además, necesitarás hablar con un o una profesional de la salud. Puedes hacerlo con tu médico/a de Atención Primaria y con tu terapeuta de Salud Mental si ya estás en tratamiento. Si no puedes esperar a la cita, llama a los servicios de atención sanitaria telefónica urgente (teléfono 112, funciona las 24h todos los días) o acude al centro sanitario de urgencias más cercano.

    Si necesitas ayuda inmediata la encontrarás en el apartado “Dónde pedir ayuda”

  3. Cuídate

    Mantente activo/a y ocupado/a con actividades agradables, gratificantes y sencillas, aunque resulte muy costoso y duro. Piensa cómo entretenerte y distraerte y dedícale tiempo (pasear, oír música, hablar con un amigo/a, hacer deporte, cocinar, ir al cine…). Emplear tiempo en tu propio cuidado y mimo es necesario para tu salud emocional.

    Procura seguir unos horarios saludables en tu rutina diaria. Descansa y duerme lo suficiente. La fatiga aumenta el malestar emocional y hace más difícil pensar con claridad.

  4. Practica relajación

    Intenta practicar con regularidad alguna técnica sencilla de relajación (respiración, relajación muscular…).

    Audios Mindfulness

    • Espacio de respiración de 3 minutos

    • Meditación de la respiración

    • Ejercicio del escáner corporal

    Audios relajación

    • Relajación muscular

    • Relajación imaginativa

    Si no conoces ninguna, busca otras formas saludables para hacer frente al estrés y ansiedad.

  5. Busca compañía

    Comparte tiempo con personas con las que te sientas cómodo/a. Evitarás el aislamiento y podrás sentirse mejor y más distraído/a. Queda para dar un paseo o tomar algo, visita a una persona de tu familia, llama a alguien que vive lejos… Contar con una red de apoyo (familiares y amistades) te ayuda a evitar posibles recaídas o a afrontarlas.

  6. Evita el consumo de alcohol u otras drogas

    Su consumo acaba empeorando el estado de ánimo, la capacidad para pensar con claridad o para mantener el control sobre el comportamiento, apareciendo una mayor impulsividad y desinhibición. Intenta evitar o reducir lo posible.

  7. Distánciate de cualquier medio para hacerte daño (pastillas, sustancias nocivas, acantilados, cuerdas, armas...)

    Tener dificultades para acceder a estos medios en momentos de crisis, cuando es más difícil controlar el comportamiento, ayuda a superarlos. Te será más sencillo si cuentas con el apoyo de personas cercanas. Por ejemplo, pide a familiares que guarden temporalmente los medicamentos, las sustancias tóxicas u objetos peligrosos.



Plan de seguridad

Tu “plan de seguridad” es una herramienta que te ayudará en momentos de especial dificultad. Reflexiona sobre las siguientes 6 preguntas y escribe tus respuestas. Una vez completado, procura llevar siempre una copia o ponerlo en un lugar visible.

Mi plan de seguridad

  1. Señales de aviso y momentos de riesgo

    Anota las señales que indican que empiezas a encontrarte peor, cuando las ideas de suicidio podrían hacerse más intensas. Por ejemplo, estar más irritable, tener más ganas de estar sola/o, beber o fumar más, sentir desesperanza, tener insomnio o mucha inquietud, sentir que pierdes el control, proximidad de fechas señaladas, discusiones importantes...

  2. Actividades que me ayudan a sentirme mejor

    Apunta las actividades que te pueden ayudar a encontrarte mejor en los momentos señalados en el punto anterior. Recuerda lo que te funcionó en otras ocasiones: dar un paseo, hacer ejercicio, realizar técnicas de relajación como respiraciones profundas, escuchar música, etc.

  3. Personas a las que llamar (y sus teléfonos)

    Haz una lista de las personas a las que puedes llamar cuando identifiques una señal de empeoramiento o si sigues mal después de probar actividades del apartado anterior. No esperes mucho tiempo, es mejor llamar en cuanto notes que no mejoras.

  4. Profesionales o servicios con los que puedo contactar (y sus teléfonos)

    Escribe los contactos de los y las profesionales o centros a los que recurrir si sigues encontrándote mal, como el Centro de Atención Primaria, el hospital más cercano, el Centro de Salud Mental, atención sanitaria de urgencia: 112 (funciona las 24h todos los días del año).

  5. Buenas razones para seguir adelante

    Piensa lo que te ilusiona y ayuda a superar los momentos difíciles, como personas queridas, responsabilidades en casa o el trabajo, proyectos de futuro... incluyendo elementos de utilidad (por ejemplo, una foto).

  6. Lograr que mi entorno sea seguro

    Enumera los medios con los que hacerte daño a tu alcance, como medicamentos, sustancias tóxicas, armas, cuchillas… y cómo distanciarte de ellos. Intenta realizar estas medidas lo antes posible, cuando no te sientas en un momento de crisis.

Recomendaciones si tienes ideas de suicidio. Mujer agarrándose la cabeza por agobio

Testimonios

La mayoría de las personas que tienen ideas y/o realizan un intento de suicidio llegan a superarlo y se recuperan. Algunas han compartido sus testimonios:


Otros testimonios (en inglés):

Testimonios-Suicidio

¿Dónde pedir ayuda ?

Recursos del sistema sanitario:

Si tienes ideas de suicidio o pensamientos de muerte que te preocupan, consulta con un o una profesional de la salud.

  • Pide hora tan pronto como sea posible con tu médica/o de Atención Primaria. Si estás en tratamiento con un o una terapeuta, contacta para explicarle cómo te sientes ahora.
  • También puedes llamar al teléfono gratuito de Consejo Sanitario 900 20 30 50. Te atenderá un equipo de enfermería de Osakidetza disponible las 24h.
  • Si sientes que necesitas ayuda inmediata acude a un servicio de urgencias (PAC, Centro de Salud u hospital) o llama al teléfono de Emergencias 112.
  • Linea 024 de Atención a la Conducta Suicida, "Llama a la Vida", disponible las 24 horas. Ministerio de Sanidad.
Manos unidas ante la adversidad

Otros recursos:

Teléfono de la Esperanza

Atención en crisis, estatal:

Araba:

Bizkaia:

Gipuzkoa:

Navarra:

Teléfono contra el suicidio de la Asociación la Barandilla:

Asociaciones de personas afectadas por el suicidio de un ser querido

Biziraun (CAV)

Besarkada-abrazo (Navarra)

Ayudar a otra persona

Antes de afrontar la situación

Te ayudará saber que...

  • Es posible que una persona con ideas de suicidio no pida ayuda. Ofrécesela porque la necesita y es probable que la acepte y agradezca.
  • No es necesario ser un o una profesional para ayudar a alguien con ideas de suicidio.
  • La mayoría presentan dudas y ambivalencia ante el suicidio. Solo desean escapar de una situación de gran sufrimiento. En ese estado, pueden no ser capaces de valorar otras alternativas diferentes a la muerte, aunque estas existan.
  • La prevención comienza por identificar las señales de alerta o alarma y tomarlas en serio. Hablar abiertamente sobre los pensamientos suicidas puede salvar una vida.
Afrontar el suicudio.Ayudar a otra persona
Si crees que una persona cercana puede estar en riesgo de suicidio acércate y habla con él o ella, puedes ayudar a prevenirlo

Los cuatro pasos para ayudar

Si has detectado alguna señal de alarma en una persona cercana o piensas que puede estar en riesgo por algún otro motivo, actúa siguiendo los siguientes pasos respaldados por evidencias científicas:

  1. Habla con él o ella

    Habla con esa persona. Inicia una conversación señalando lo que te preocupa, así puede sentir el respaldo o la oportunidad que necesita para aliviar su malestar, sentirse comprendido/a, considerar otras alternativas y pedir ayuda profesional. Diversos estudios demuestran que hablar sobre los pensamientos de suicidio lo reduce.

  2. Ayúdale a conectar

    Probablemente necesite apoyo para conectar con recursos de ayuda. Anímale a pedir la opinión de un o una profesional de la salud, es el primer paso para resolver la situación. Explícale que estos pensamientos frecuentemente se asocian a problemas de salud como la depresión para los que existe tratamiento. Si ya está en tratamiento, anímale para que contacte e informe de su situación actual.

    La familia y amistades son otro recurso para mantenerse conectada/o. Puedes involucrar a alguien de su entorno cercano informándole.

  3. Ayúdale a mantenerse a salvo

    Échele una mano para alejarse de medios con los que puede hacerse daño, como pastillas, armas u objetos punzantes, sustancias tóxicas, alturas, vehículos... De este modo se reducen las posibilidades de autolesionarse en un momento de crisis.

  4. Sigue pendiente

    Muéstrate disponible y atento/a durante un tiempo. Intenta facilitarle la información necesaria para localizarte, interésate por su evolución sin esperar a que lo cuente, ya que puede tardar en decir que se encuentra peor.

Cómo hablar de suicidio

  • Elige el momento y el lugar, procura que sea un sitio tranquilo y sin distracciones y cuando tú puedas dedicar el tiempo necesario.
  • Sé directo o directa, habla abiertamente. Intenta mantener la naturalidad habitual y mostrar tranquilidad, no miedo o inquietud. Transmitirás mayor confianza y seguridad.
  • Déjale hablar y permítele expresar sus sentimientos. Escucha con respeto, aceptación y sin juzgar lo que dice o cómo se siente.
  • Muestra interés, preocupación y deseo de ayudar.
  • No discutas sobre si es correcto o no, si los sentimientos son buenos o malos o si sus problemas son más o menos graves. No es útil entrar en discusiones sobre el valor de la vida para cada persona. Es importante procurar que sienta aceptación y respeto, no culpabilidad.
  • Intenta “abrir una ventana” a la esperanza, comentando que existen alternativas y que el sufrimiento pasará.
  • No prometas confidencialidad, puede ser necesario pedir ayuda y hacer lo contrario de lo comprometido dañaría la confianza depositada.

Situaciones de alto riesgo

Ante una situación de urgencia donde es necesario actuar con rapidez, ten en cuenta los siguientes pasos:

  • Responder rápido intentando mostrar tranquilidad.
  • Buscar ayuda profesional lo antes posible: llamar a Emergencias al 112 (atención 24h todos los días), al centro de Atención Primaria o al centro sanitario de Urgencias más cercano. Valorarán la situación y las acciones oportunas.
  • Acompañar a la persona hasta que sea valorada por un profesional de la salud. No dejarle sola.
  • Intentar mantener un contacto emocional cálido, sin ser “agobiante”. Evitar discusiones innecesarias o situaciones de excesivo control que puedan generar tensión.
  • Retirar del entorno todo tipo de material susceptible de ser utilizado para hacerse daño. Tener cuidado en los domicilios de pisos altos.
  • En caso de no conocer mucho a la persona, valorar la conveniencia de involucrar a personas significativas (familiares o amigos) que puedan contribuir a tranquilizarle y superar ese momento.
Ayuda

Información y prevención

El suicidio se puede prevenir. Conocer la realidad sobre este complejo problema, podrá contribuir a que cualquiera puede participar en la detección de personas en riesgo. No es necesaria experiencia previa o una alta especialización. A continuación, te facilitamos información de utilidad para ayudarte a detectar a personas en riesgo.

Datos

El suicidio es la primera causa de muerte externa (no natural) en Euskadi.

Supone 2,8 veces más que los accidentes de tráfico, 60 veces más que la violencia de género y 25 veces más que todos los homicidios, con un promedio de 184 casos/año. (Eustat. 2021).

Informacion y Prevencion ante el suicidio. Prevencion en comunidad

Aproximadamente el 55% de los casos ocurren en Bizkaia, el 33% en Gipuzkoa y el 12% en Araba.

Morir por suicidio es 3.5-4 veces más frecuente en hombres, mientras que los intentos de suicidio son más habituales en mujeres.

El mayor número de casos ocurre en personas de edad media, aunque proporcionalmente el riesgo es mayor en personas adultas mayores.

Queda pendiente el esfuerzo conjunto de toda la sociedad para conseguir reducir notablemente la mortalidad como ha sucedido, por ejemplo, en los accidentes de tráfico.

Falsos mitos sobre el suicidio

Se trata de falsas creencias relacionadas con el suicidio que están muy extendidas en nuestra sociedad. En el siguiente video te mostramos la realidad sobre las más frecuentes.

Factores de riesgo

El suicidio es el resultado de una combinación de factores psicológicos, biológicos, genéticos y sociales que todavía no se acaba de comprender. Sin embargo, existen ciertas situaciones (o condiciones) que aumentan el riesgo. Este riesgo es mayor al presentar varios de estos factores a la vez:

El suicidio es el resultado de una combinación de factores psicológicos, biológicos, genéticos y sociales que todavía no se acaba de comprender. Sin embargo, existen ciertas situaciones (o condiciones) que aumentan el riesgo. Este riesgo es mayor al presentar varios de estos factores a la vez:

  • Tener un problema de salud mental (depresión, problemas con el alcohol, esquizofrenia, trastorno de la conducta alimentaria, trastorno bipolar), en especial si no se está siguiendo ningún tratamiento o se hace de forma irregular. El riesgo es mayor tras:
    • diagnóstico de una enfermedad mental grave
    • alta reciente de un ingreso en una unidad de Psiquiatría
    • ante recaídas frecuentes de la enfermedad
  • Haber realizado un intento de suicidio previo, en especial durante los primeros meses tras el intento
  • Tener antecedente de suicidio en la familia
  • Adolescentes, personas mayores. Son los dos grupos de edad en los que el riesgo es mayor, aunque puede producirse a cualquier edad
  • Género. El suicidio es más frecuente en los hombres, aunque se dan más intentos en mujeres
  • Tener enfermedades físicas graves, incapacitantes o muy dolorosas
  • Estar en situación de aislamiento social y/o soledad
  • Ser una persona impulsiva, o tras haber consumido alcohol o drogas (porque aumentan la impulsividad)
  • Otros, como acontecimientos vitales negativos, desempleo, etc

En la adolescencia se han descrito factores de riesgo adicionales como:

  • Exposición a otros casos de conducta suicida en personas de su entorno
  • Historia de abuso infantil
  • Ambiente social o escolar hostil (por ej. bullying)
  • Dificultades relacionadas con la orientación sexual

En las personas adultas mayores se han descrito factores de riesgo añadidos como:

  • Muerte reciente de un ser querido, aislamiento y soledad
  • Cambios importantes que supongan pérdida de rol o autonomía, por ejemplo, tras la jubilación, enfermedades incapacitantes, etc

Señales de alarma

Son acciones o palabras que podemos observar que podrían indicar que hay un riesgo de suicidio. Pueden ser más habituales en ciertas épocas de la vida, pero es mejor vigilarlas si aparecen en personas con factores de riesgo:

  • Expresar deseos de hacerse daño, desaparecer, sentirse una carga: “Ojalá no hubiera nacido”,” Estaría mejor muerto”, "Estaríais mejor sin mí"
  • Interés inusual por la muerte o violencia. Por ejemplo: escribir historias sobre la muerte, lecturas, dibujos…
  • Arreglar asuntos pendientes: regalar bienes preciados, cerrar asuntos, hacer testamento, cumplir un deseo
  • Buscar acceso a medios para hacerse daño: acumular medicamentos, visitas a lugares atípicos
  • Despedidas: llamadas o visitas inesperadas a amistades o familiares, comentarios tipo “Si no nos volvemos a ver…”
  • Aislamiento, perder el contacto con familiares o amistades
  • Conducta autodestructiva: consumo de alcohol/drogas, asumir riesgos inusuales (conduciendo…), autolesionarse…
  • Desesperanza, pesimismo extremo, falta de ilusión en el futuro: “Las cosas nunca van a mejorar”

Supervivientes

Afrontar la pérdida de una persona querida es una experiencia difícil. En el caso de la muerte por suicidio se suman factores o sentimientos que la hacen especialmente complicada, como la impotencia, culpabilidad, imprevisibilidad, enfado o vergüenza. Llamamos superviviente a la persona que se siente afectada de forma negativa y significativa por el suicidio de otra.

A continuación, te facilitamos información con recomendaciones generales que en ningún caso sustituyen a la terapia o recomendación individualizada hecha por tu profesional de la salud.

Si necesitas ayuda, consulta el apartado “¿Dónde pedir ayuda?”

Proceso de duelo, madre e hija en el cementerio

El proceso de duelo

El proceso de duelo es el conjunto de reacciones emocionales y físicas que se produce tras la muerte de un ser querido. Es una respuesta normal y no una enfermedad. Cada persona lo vive de manera diferente. Cuando la causa de la pérdida es el suicidio suele ser más doloroso, prolongado y difícil de superar.

Algunas personas expertas sugieren la presencia de varias etapas en las que se experimentan diferentes emociones, sentimientos o sensaciones, que pueden llegar a ser contradictorias o suceder de forma simultánea. No es fácil hablar de tiempos o plazos ya que intervienen muchos factores entre los que se encuentran las habilidades de afrontamiento o la relación con la persona fallecida. A menudo la evolución es lenta y con “idas y venidas” que pueden estar relacionadas con fechas o situaciones concretas. Con el paso del tiempo se suele observar una evolución en la que la intensidad de las emociones desagradables y el dolor van disminuyendo hasta lograr la integración de la ausencia del ser querido en la vida cotidiana. No existe un periodo de tiempo estipulado y consensuado considerado común o estándar para el proceso de recuperación.

Algunas de las emociones y sentimientos más habituales son:

  • Aturdimiento, confusión o shock, especialmente en los primeros momentos
  • Tristeza, angustia, desesperación
  • Búsqueda (soñar con la persona fallecida, repetir su nombre, tener la sensación de que se la ve por la calle...)
  • Culpa, rabia, enfado o vergüenza por lo sucedido
  • Miedo y sensación de pérdida de control
  • Pérdida del sentido de la vida
  • Soledad; sentimiento de abandono
  • Sentimiento de interpelación por parte de la sociedad
  • Alivio, en especial si ha finalizado una época de gran sufrimiento previo

Las personas supervivientes suelen hacerse multitud de preguntas en torno a lo sucedido o cómo actuar. Algunas de estas preguntas pueden quedar sin resolver y llegar a aceptarlo suele ser un aspecto difícil del proceso de recuperación. Te facilitamos algunas respuestas:

¿Por qué ha sucedido?

Preguntarse por los motivos o tener múltiples dudas en torno a lo sucedido suele ser lo habitual. El suicidio es complejo y suele responder a muchos factores, por lo que no siempre se encuentran respuestas.

¿Podría haber hecho algo?

Revisar mentalmente los días previos intentando buscar qué podía haber hecho para evitarlo, pasa muy frecuentemente. La decisión última siempre la toma la otra persona, por lo que impedir un suicidio puede ser muy difícil incluso para profesionales de la salud.

¿Qué digo sobre lo sucedido?

La decisión sobre la información que se quiere compartir, cuándo y con quién hacerlo, es personal. Algunas personas supervivientes aconsejan no ocultar la verdadera causa de la muerte.

¿Por qué me o nos ha rechazado?

Los sentimientos de rechazo o abandono son usuales y causan dolor añadido. Piensa que el suicidio normalmente se da en personas que se sienten superadas por el sufrimiento y no siempre tienen capacidad de pedir ayuda o pensar en su entorno.

¿Cómo evitar el estigma, silencio, aislamiento?

Aunque las cosas están mejorando mucho es posible que algunas personas cercanas no sepan qué decir o hacer y que su silencio o comportamientos sean diferentes a los que te gustaría encontrar. Evita el aislamiento, aunque pienses que nadie te puede entender y tengas ganas de estar solo/a. Mantener las relaciones puede costarte, pero te ayudará en el proceso de recuperación.

¿Podría yo también acabar suicidándome?

Es importante que consultes con un o una profesional de la salud si tienes ideas de suicidio o te preocupa este tema. El riesgo de suicidio es más alto en las personas de la familia o entorno cercano.

La recuperación

El proceso de recuperación puede ser prolongado y con altibajos. Durante este tiempo se aprende a ir aceptando la pérdida, superando los sentimientos de culpa o enfado y entendiendo las emociones hasta integrar la pérdida de la persona querida.

Seguir unas pautas de autocuidado y buscar el apoyo del entorno (familia y amistades), facilita el proceso de recuperación, especialmente en los momentos más difíciles. Los grupos de ayuda mutua son también un recurso útil. Pide ayuda si las cosas no van bien.

Apoyo al suicidio. Manos agarrándose en señal de ayuda

Autocuidado

  • Trata de descansar lo suficiente y comer bien. Evita el alcohol o un exceso de estimulantes como el café
  • Realiza alguna actividad física de forma regular como caminar a diario o practicar algún deporte adaptado a tu condición física. Reducirá la ansiedad y descansarás mejor
  • Practica alguna  técnica para relajarte, meditación o alguna actividad que te tranquilice como escuchar música, pasear...
  • Mantén el contacto con otras personas. Aunque sea difícil al inicio, contar con el apoyo y compañía de familiares o amistades suele ser de ayuda. En ocasiones puede ser necesario que tomes la iniciativa y abordes directamente el tema
  • Te puede resultar de ayuda para expresar tus sentimientos:
    • Dedicar un tiempo cada día para recordar a la persona fallecida y hablar de las emociones en un entorno de tranquilidad
    • Escribir los sentimientos, pensamientos y recuerdos en un diario. Podrás conocer y controlar mejor tus emociones
    • Practicar alguna actividad creativa como la poesía, pintura o música puede ser útil para exteriorizar cómo te encuentras
  • Infórmate sobre el duelo por suicidio e intenta conocer la experiencia de otros supervivientes. Acude a grupos de ayuda mutua o revisa materiales como documentales, libros...
  • Conforme vayas sintiéndote capaz intenta recuperar las actividades que te hacían sentir bien o distraerte
  • En los días difíciles, busca apoyo y céntrate en ese día, sin hacer planes para más adelante

Si necesitas ayuda de un o una profesional de la salud, no lo dudes y búscala.

¿Qué hacer ante un duelo por suicidio? El día después del suicidio. Información para familiares y allegados. Anexo 2 de la Guía de Práctica Clínica de Prevención y Tratamiento de la Conducta Suicida. Ministerio de Sanidad y Política Social, 2012.

Grupos de apoyo mutuo

Los grupos de apoyo mutuo son grupos de soporte formados por personas en similar situación que comparten experiencias y sentimientos. Proporcionan un entorno donde sentirse acogidas, seguras y recibir apoyo. Pueden hablar abiertamente de lo que ha sucedido, expresar sus emociones, recordar y nombrar a su ser querido rompiendo el silencio que a menudo les rodea, encontrando así la comprensión necesaria para la recuperación.

Puedes ampliar la información sobre grupos de apoyo cercanos en las siguientes webs:


Icono personas

Cuándo consultar

Solicita una cita con tu médica/o de Atención Primaria si te encuentras en alguna de estas situaciones:

  • Tienes un malestar intenso que te impide realizar las actividades diarias.
  • No puedes dormir o alimentarte suficientemente.
  • Tienes pensamientos recurrentes en torno a lo sucedido que no puedes controlar.
  • Te encuentras aislado/a.
  • Has aumentado el consumo de fármacos, alcohol u otras drogas.
  • No notas mejoría a pesar del paso del tiempo.
  • Si tienes ideas de suicidio consulta lo antes posible.

Medios de comunicación

Información para profesionales de los medios de comunicación

Numerosos estudios han demostrado que ciertos tipos de cobertura mediática del suicidio incrementan el riesgo de suicidio en personas vulnerables. Otras formas de enfocar el tema, por el contrario, han demostrado contribuir a su prevención. 

Un enfoque discreto, no repetitivo y acompañado de información educativa útil ayuda a superar el tabú y combatir los mitos que rodean al suicidio y puede facilitar que las personas en riesgo pidan ayuda.

En opinión de la OMS los medios de comunicación son agentes clave en la prevención del suicidio.

Los medios de comunicación y su tratamiento de la información ante el suicidio

Cómo hablar del suicidio en los medios de comunicación

Es recomendable

  • Cobertura discreta y no repetitiva: 
    • Páginas interiores o parte inferior de la portada.
    • Titulares prudentes evitando la palabra “suicidio”.
  • Mostrar las consecuencias negativas: El impacto en el entorno, las secuelas físicas en los intentos…
  • Reflejar que es un problema de salud (Salud Pública) y un hecho evitable y trágico.
  • Si hay evidencia de un problema de salud mental, reflejarlo.
  • Mostrar historias de buena evolución (personas que pidieron ayuda y salieron adelante).
  • Una especial prudencia con los personajes famosos (el riesgo de contagio se multiplica).

Conviene evitar

  • Descripciones detalladas del método o del lugar, en especial si es atípico.  
  • Simplificar la causa o especular sobre ella (nunca responde a una única causa). “Se suicidó porque le dejó su pareja”.
  • Publicar fotos de las personas o de la escena del suicidio, en especial contenido dramático.
  • Mostrar el suicidio como una reacción comprensible ante un problema personal grave. “No pudo superar la separación” o como un medio útil para conseguir algo “Después del intento se reconciliaron”.
  • Enfoques románticos del suicidio, intentando por ejemplo “glorificar” a la persona. “Era un gran futbolista, muy querido por sus compañeros…” o dando detalles sobre las notas de despedida.
  • Usar un lenguaje similar al de los sucesos criminales. “Cometió un suicidio”, “Suicidio frustrado”.
  • Realizar asociaciones entre suicidios próximos en el tiempo. Genera un efecto “narcotizante” que normaliza el fenómeno. “Epidemia de suicidios”, “Cada vez se dan más”, “Es el 5º caso este mes...”.

Es especialmente importante

Publicar información complementaria útil para mitigar el impacto en personas vulnerables y “educar” a la población sobre cómo prevenirlo: 

  • Señales de alerta y factores de riesgo.
  • Mitos y realidades del suicidio.
  • Historias de buena evolución y recuperación.
  • Recursos de ayuda locales (incl. 24h).
  • Fuentes de información fiables.
Medios de Comunicación ante el suicidio

Algunos ejemplos

Impacto, visibilidad

Evitar. “Kurt Cobain usó una escopeta para suicidarse” en un titular de portada.

Es recomendable. “Kurt Cobain ha muerto a los 27 años”, en un titular de página interior o portada discreto.

Método

Evitar. “Tomó 5 cajas del fármaco xx, que mezcló con xx botellas de vodka”.

Es recomendable. “Realizó una ingesta de fármacos” u omitir esta información.

Educar

Evitar.   “Realizó una ingesta de fármacos” u omitir esta información.

Es recomendable. Incluir factores de riesgo, señales de alarma. Dónde acudir. Si hay evidencia de un problema de salud mental, mencionarlo.

Imágenes

Evitar. Fotos de la escena, del funeral o memoriales…

Es recomendable. Sin foto o “neutra”.

Consecuencias negativas

Evitar. “Será dado de alta en unos días”.

Es recomendable. “Permanece ingresado, la familia está preocupada por las probables secuelas”.

Romanticismo

Evitar. “La nota de despedida decía...”.

Es recomendable. “Se encontró una nota de despedida y está siendo revisada” u omitir esta información.


También te puede interesar

Prevención e intervención

Guías y otras lecturas de interés:

Páginas web de interés:

Material audiovisual:


Grupo de personas hablando

Supervivientes, personas afectadas por el suicidio de un ser querido

Guías y otras lecturas de interés:

Páginas web de asociaciones de supervivientes:

Material audiovisual:

Materiales específicos para hablar de la muerte y el suicidio con niños: 




Fecha de última modificación: