Tipos de diabetes mellitus
Diabetes tipo 1
La diabetes tipo 1 se desarrolla cuando el sistema inmunitario destruye las células del páncreas que producen insulina. Y, sin esta hormona, la glucosa no entra en las células del cuerpo y se acumula en la sangre.
El 10% de las personas con diabetes tienen el tipo 1, y es más frecuente en menores de 30 años. La causa principal en la mayoría de los casos se desconoce, pero se sabe que tiene un componente genético.
Síntomas
Los síntomas suelen aparecer de forma inesperada e intensa en cuestión de semanas. Los más frecuentes son:
- Aumento del apetito (polifagia).
- Más sed de lo habitual (polidipsia).
- Micción frecuente y abundante (poliuria), y puede ser nocturna (nicturia). En la infancia, aunque controlen las ganas de orinar, podrían llegar a mojar la cama.
- Pérdida de peso involuntaria.
- Sensación de fatiga, cansancio y debilidad.
- Náuseas y vómitos.
- Dolor abdominal.
- Visión borrosa.
- Irritabilidad u otros cambios en el estado de ánimo.
- Cambios en el olor del aliento u orina producidos por cetonas. Esto ocurre cuando el cuerpo no tiene suficiente insulina y, al no poder usar la glucosa para obtener energía, lo hace consumiendo las grasas.
Tratamiento
El objetivo del tratamiento es que el nivel de glucosa en sangre esté lo más cerca posible de la normalidad, y así evitar o retrasar las complicaciones que se pueden producir por tener niveles altos de azúcar (hiperglucemias) de forma continuada.
Además de llevar una alimentación saludable, quienes tienen diabetes tipo 1 necesitan administrarse insulina todos los días mediante varias inyecciones. La cantidad necesaria dependerá del nivel de glucosa que tenga en sangre (glucemia), de su peso, la alimentación y la actividad que realice.

Diabetes tipo 2
En la diabetes tipo 2, el páncreas produce insulina, pero existe una resistencia por parte del cuerpo a utilizarla. Esto hace que las células no reciban la cantidad de glucosa que necesitan y, como consecuencia, se acumule en la sangre, produciendo hiperglucemia.
Es el tipo más común, ya que la tiene el 90% de las personas con diabetes. Su aparición está relacionada con el consumo de tabaco, la falta de actividad física y el sobrepeso. Además, existen factores de riesgo, como los antecedentes familiares de diabetes y la diabetes gestacional.
La suelen desarrollar las personas mayores de 45 años, aunque cada vez es más frecuente que aparezca antes. Hace tiempo, esta enfermedad estaba asociada, sobre todo, al envejecimiento, pero la creciente epidemia de obesidad está provocando que la diabetes tipo 2 se presente en personas jóvenes e incluso durante la infancia.
En Euskadi, aproximadamente una de cada diez personas tiene diabetes tipo 2
Síntomas
Los síntomas de la diabetes tipo 2 suelen pasar desapercibidos al principio, incluso pueden no aparecer. Por tanto, hasta que no se diagnostica la enfermedad, hay una acumulación inadvertida de glucosa en la sangre. Esto puede producir que afectan a los ojos, riñones, piernas o el corazón.
Los síntomas dependen del nivel de glucosa en sangre y, cuando aparecen, los más frecuentes son:
- Aumento del apetito (polifagia).
- Más sed de lo habitual (polidipsia).
- Micción frecuente (polaquiuria) y/o mayor cantidad de orina (poliuria).
- Sensación de fatiga, cansancio y debilidad.
- Sensación de irritabilidad u otros cambios en el estado de ánimo.
- Entumecimiento u hormigueo en las manos o los pies.
- Visión borrosa.
- Infecciones frecuentes de orina, en las encías y genitales.

Tratamiento de la diabetes tipo 2
El objetivo principal del tratamiento es conseguir y mantener unos niveles de glucosa en sangre lo más cercanos a la normalidad para evitar que aparezcan complicaciones. Para conseguirlo, se recomienda mantener una alimentación saludable y realizar actividad física de forma regular.
Además, el control del peso es imprescindible. En personas con sobrepeso u obesidad, perder entre un 5% y un 10% de su peso hace que la glucemia disminuya, que mejoren los niveles de colesterol, de triglicéridos y las cifras de la tensión arterial.
Por otro lado, es fundamental dejar de fumar y controlar la hipertensión arterial, y los niveles altos de colesterol y triglicéridos.
Uso de medicación
Si con un estilo de vida saludable no se consigue mantener una glucemia adecuada, podría ser necesario usar medicación. Ésta puede mejorar el efecto de la insulina que produce el cuerpo o estimular el páncreas para generar más insulina. De forma ocasional, si estos fármacos no fueran suficientes, se tendría que prescribir insulina.
Diabetes gestacional

La diabetes gestacional aparece durante el embarazo en mujeres que nunca antes han tenido diabetes. Esto ocurre porque el organismo de la madre no produce la cantidad de insulina suficiente que se necesita durante la gestación. Como consecuencia, el nivel de glucosa en sangre es mayor de lo habitual. Suele aparecer entre el segundo y tercer trimestre de la gestación, y lo normal es que desaparezca tras el parto.
Existen algunos factores que pueden predisponer a desarrollar diabetes gestacional, como son la ganancia excesiva de peso durante el embarazo, el sobrepeso y la obesidad, la hipertensión arterial, tener más de 35 años y antecedentes familiares de diabetes.
Posibles consecuencias
Las hiperglucemias durante el embarazo pueden afectar tanto a la madre como al feto. Predisponen a que a lo largo de sus vidas desarrollen obesidad y diabetes tipo 2, que la madre tenga hipertensión durante el embarazo, y que, al nacer, el o la bebé sufra problemas respiratorios y que pese 4 kilogramos o más (macrosomía), lo que dificultaría el parto.
Síntomas
La diabetes gestacional no suele producir síntomas o estos se confunden con la situación normal asociada al embarazo. En caso de que aparezcan síntomas, los más comunes son el aumento de la frecuencia de la necesidad de orinar, del hambre o el cansancio.
Test de O’Sullivan y diagnóstico
Para descartar la enfermedad se realiza una prueba a todas las mujeres embarazadas entre las semanas 24 y 28 de gestación, o en el primer trimestre en caso de existir factores de riesgo como ser mayor de 35 años, tener obesidad o diabetes gestacional previa, entre otros.
Esta prueba de cribado se llama test de O’Sullivan y consiste en beber un jarabe con 50 gramos de glucosa y sacar sangre una hora después. Si el resultado sale alterado, habrá que realizar una segunda prueba para descartar o confirmar la enfermedad. En este caso, la mujer beberá un líquido con 100 gramos de glucosa y le sacarán sangre en tres ocasiones a lo largo de 3 horas.

Entre un 7,6% y un 12% de las mujeres embarazadas desarrollan diabetes gestacional, dato que ha incrementado en los últimos años debido al aumento de la obesidad.
Tratamiento
La base del tratamiento es mantener unos niveles de glucemia en sangre lo más cercanos posibles a la normalidad. Esto se suele conseguir mediante una alimentación saludable y ejercicio físico regular. En algunos casos, la mujer puede necesitar un tratamiento con insulina que durará hasta el parto.
En caso de utilizar insulina, la mujer tendrá que monitorizar los niveles de azúcar en sangre mediante la punción del dedo varias veces al día.
¿Cómo se diagnostica la diabetes?
Por lo general, el nivel de glucosa en sangre de las personas suele ser inferior a 126mg/dl. Cuando hay sospechas de diabetes, se mide la glucemia mediante una analítica de sangre, y se diagnostica la enfermedad si:
- El nivel de glucosa en sangre es mayor o igual de 126 mg/dl. Se realiza mediante una analítica de sangre, habiendo estado en ayunas durante las 8 horas previas. Éste es el método que se debe realizar en primer lugar.
- La hemoglobina glicosilada A1c es 6,5% o mayor en dos pruebas separadas. Este parámetro indica el nivel medio de glucemia de los últimos dos o tres meses.
- Se presentan síntomas claros de diabetes y, además, el nivel de azúcar en sangre es mayor de 200 mg/dl en un examen glucosa realizado en cualquier momento del día, sin necesidad estar en ayunas.
- Mediante la prueba de tolerancia oral a la glucosa, la glucemia es mayor de 200 mg/dl tras dos horas de haber tomado un líquido azucarado (75 g de glucosa). Es necesario realizar un ayuno de entre 10 y 12 horas.

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