Cuidados tras un ictus
La vuelta a casa puede ser estresante y estar llena de dudas e inconvenientes. Para lograr que, tras el ictus, la persona afectada adquiera mayor autonomía, el objetivo será ayudarla solo en lo que no pueda hacer, y así favorecer su implicación y el aumento de su autoestima. Para ello, será fundamental la motivación y colaboración.
Tras sufrir un ictus, es posible que la persona necesite ayuda para realizar el aseo todos los días.
Recomendaciones:
- Usar el cuarto de baño. Si no es posible, se puede realizar el aseo en la cama.
- No dejar a la persona en el baño sin compañía. No cerrar la puerta con pestillo.
- Modificar el entorno del baño, si es necesario: instalar barandillas o agarraderas en lugares estratégicos de la bañera y del WC puede facilitar las transferencias.
- Suelo seco para evitar caídas.
- Utilizar una silla adaptada en altura para lavarse la cara, peinarse o afeitarse.
- Es preferible utilizar maquinilla eléctrica para el afeitado.
- La ducha es más cómoda de usar y más segura que la bañera.
- Secar muy bien la piel tras el baño, sobre todo los pliegues y entre los dedos de los pies.
- Aplicar cremas hidratantes, excepto entre los dedos, y evitar aguas de colonia porque resecan la piel.
- Limpieza de dientes diaria con una gasa (al principio). Hacer hincapié en el paladar y las encías. Utilizar el cepillo de dientes para estimular las zonas de la boca con menor sensibilidad. El cepillo de dientes eléctrico puede ser una buena alternativa.
- Evitar el uso de absorbentes si la persona es continente.
- Utilizar corta-uñas antes que tijeras. Se recomienda poner los pies en remojo previamente.
El ictus puede producir parálisis de los músculos de la garganta o de la lengua, lo que supone una dificultad grave para tragar (disfagia). En algunos casos, el problema es temporal, pero en otros puede ser permanente.
Esta condición, sumada a las alteraciones en la movilidad, dificultades de visión, falta de atención y desorientación, puede producir complicaciones graves como atragantamiento. También puede ocurrir que tanto los alimentos sólidos como los líquidos pasen a la vía respiratoria (broncoaspiración), con riesgo de que se desarrolle una infección en los pulmones.
Recomendaciones para evitar atragantamientos
- Comer de forma sentada o incorporada.
- Aplazar el momento, si siente sueño o tiene nervios.
- Comer despacio, en un ambiente tranquilo y sin distracciones.
- Ajustar bien las prótesis dentales. Si no es posible, es mejor comer sin ellas y adaptar la consistencia de la comida.
- Mejor comer en compañía.
- La posición correcta para comer:
- En la cama: Incorporar hasta tener la espalda recta o con el respaldo de la cama situado a 90°. Las rodillas deben estar ligeramente flexionadas. Al tragar, inclinar la cabeza hacia adelante, mirando al ombligo.
- En una silla: Posición erguida, con la espalda sobre el respaldo. Los pies deben estar apoyados en el suelo y los brazos en la mesa. En caso de necesitar ayuda, la persona que le ayude a comer debe colocarse en su misma altura o un poco más bajo.
- Comprobar que no quedan restos de comida en la boca antes de dar la siguiente cucharada.
- Preferible no usar pajitas y jeringas.
- Permanecer de forma sentada o incorporada durante al menos 30-60 minutos después de comer para evitar el reflujo de alimentos.
Alimentos recomendados
- Alimentos triturados, con una consistencia fina y homogénea, sin grumos.
- Mezclarlos con un espesante. Hay que tener en cuenta la cantidad que se necesita para conseguir la viscosidad adecuada para cada persona.
Alimentos a evitar
- Alimentos resbaladizos como legumbres enteras, uvas… Cuidado con las gelatinas y helados, ya que se convierten en líquidos al mezclarse con la saliva.
- Alimentos o bebidas muy calientes.
- Alimentos fibrosos, como piña, apio, puerro…
- Alimentos que mezcla textura líquida y sólida: sopa con pasta, trozos de carne, puré con tropezones, naranjas, cereales de desayuno, etc.
- Alimentos con pieles, pepitas, espinas, cartílagos que no se pueden retirar.
- Alimentos que contengan tropezones: yogures con trozos, fruta o verdura con semillas.
- Alimentos secos que se desmenuzan en la boca, como pan tostado, corteza de pan, patatas fritas de bolsa, galletas, quesos secos, etc.
- Alimentos duros, como los frutos secos enteros, verduras crudas…
- Alimentos pastosos que se pegan en la boca o “hacen bola”, como el pan de molde, el plátano, chocolate, queso fundido…
¿Cómo actuar ante un atragantamiento?
- Inclinar a la persona hacia adelante e invitarla a toser con fuerza.
- No darle palmadas en la espalda para evitar que el alimento se mueva hacia la vía aérea.
- No dar de beber líquidos.
- Una vez que haya cedido la tos, manteniendo la inclinación, debe tragar con fuerza varias veces para eliminar los restos de alimento de la garganta.
- Una vez que pase el episodio puede tomar agua, espesada o no, en función de las necesidades de la persona.
Alimentación mediante sonda
En algunos casos, para alimentar a la persona se necesita usar una sonda, es decir, un tubo que se introduce desde la nariz hasta el estómago (sonda nasogástrica) u otro que va directamente al estómago a través del abdomen (gastrostomía endoscópica percutánea o PEG). A menudo, el uso de estos dispositivos es temporal, hasta que se recupera la capacidad de tragar.
Para alimentar mediante una sonda nasogástrica o una PEG, se recomienda seguir las indicaciones dadas por profesionales de la salud. Algunos aspectos generales a tener en cuenta son:
- Lavarse las manos.
- Tener preparado el material necesario: alimento líquido a temperatura ambiente, jeringa de alimentación, etc.
- Durante la alimentación, la persona estará sentada o semisentada para evitar que el líquido entre a los pulmones (broncoaspiración).
- Los alimentos no deben estar ni muy calientes, ni muy fríos.
- Preparar la jeringa con el alimento e introducirla en el extremo abierto de la sonda tras quitar el tapón.
- Para introducir el alimento, hay que presionar el émbolo de la jeringa de forma suave, sin prisa.
- Administrar 20 ml de agua templada tras la alimentación o después de pasar medicación, así se evita que se obstruya.
- Al finalizar, la persona tendrá que mantenerse sentada o con la espalda levantada durante mínimo 30 minutos para favorecer la digestión y evitar que vomite.
- Mantener la higiene de la boca.
Si se usa una sonda nasogástrica:
- Sujetar la sonda a la nariz. Esta sujeción debe cambiarse de posición con frecuencia para evitar heridas.
- Mantener los orificios nasales limpios.
- Mantener colocado el tapón de la sonda cuando ésta no se esté usando.
Respecto a la gastrostomía o PEG:
- Todos los días hay que limpiar la piel de alrededor de la sonda y las conexiones con agua y jabón.
- Cambiar todos los días el lugar de sujeción de la sonda para evitar que la piel se lesione.
Una persona que ha perdido movilidad tiene mayor riesgo de disminuir su autonomía, por eso hay que procurar estimularla con movimientos y actividades. Esto le ayudará a mantener un buen estado físico y psicológico.
Si la persona permanece en la misma posición durante mucho tiempo, pueden darse contracturas y aparecer úlceras en las zonas del cuerpo que están apoyadas sobre una superficie (zonas de presión). Para evitarlo, hay que vigilar el estado de la piel y realizar cambios posturales. Estos consisten en variar la posición de la persona tumbada cada dos horas durante el día y cada cuatro horas máximo durante la noche. Se puede hacer incorporándola y girándola para alternar el lado del que se recuesta. El uso de almohadas y taloneras sirve para aliviar la presión del cuerpo contra la superficie de la cama. En el caso de que esté sentada, habrá que procurar que cambie de posición o levantarla de vez en cuando. Junto con los cambios posturales, los colchones que redistribuyen la presión y otros sistemas específicos pueden ayudar a prevenir estas lesiones.
Además, habrá que prestar especial atención a esas zonas de presión, tanto si la persona está sobre la cama como sentada. Dependiendo de la postura, estas partes del cuerpo pueden ser los talones, el sacro, la cadera, los codos, las orejas, etc. Si aparecen áreas de piel roja, hay que evitar el apoyo para que no se produzcan roces y consultar con la o el profesional de enfermería de referencia. Aplicar crema en estas zonas ayudará a mantener la elasticidad de la piel y evitar grietas que se conviertan en heridas.
Zonas de presión según la posición del cuerpo
Posturas adecuadas en la cama en caso de hemiplejia
En los casos en que la persona tenga alguna parte del cuerpo o la mitad completa paralizada (hemiplejia), habrá que saber cuáles son las posturas que evitarán daños. Hay que evitar tumbar sobre el lado afectado si hay dolor en el hombro.
Boca arriba: Dejar una almohada bajo el brazo afectado, incluyendo el hombro. Separarlo un poco del cuerpo. Las palmas de las manos deben estar abiertas y hacia abajo. Alinear el cuerpo y evitar que el cuello esté en flexión.
De costado sobre el lado sano: Primero hay que entrecruzar la pierna inmóvil, y después girar todo el cuerpo hacia el lado sano. Hay que colocar una almohada doblada por delante para que el brazo afectado la abrace y otra almohada entre las rodillas, apoyando sobre ella la pierna afectada.
De costado sobre el lado afectado: Poner el brazo extendido y el omoplato apoyado sobre una almohada. Otra almohada entre las rodillas, con la pierna no afectada un poco más adelantada. En la espalda se pone otra almohada para evitar que el cuerpo se gire.
- Se moverán todas las articulaciones al menos dos veces al día. Lo puede hacer la persona de forma autónoma o con ayuda.
- Utilizar sillas altas que permitan apoyar los pies y tengan reposabrazos y un respaldo firme. De esta forma será más fácil levantarse.
- Para prevenir el “hombro doloroso”, un dolor frecuente en personas con parálisis del brazo:
- Evitar tirones y movimientos que puedan hacer daño a la extremidad afectada.
- Evitar que el brazo inmóvil quede colgado.
- Realizar movilizaciones periódicas de la articulación.
Las transferencias se realizan al mover a una persona de una superficie a otra como la cama, silla de ruedas, sofá, WC, coche, etc., y cuando pasa de estar de pie a sentada o al revés. Deben hacerse despacio, habiendo explicado primero lo que se va a hacer y animando a colaborar.
Para evitar caídas, además de lesiones en la persona que transfiere, se recomienda que las superficies estén a la misma altura y próximas entre sí. Por ejemplo, la cama y la silla de ruedas.
Si es posible, se colocará una cama regulable en altura para facilitar la transferencia a la silla de ruedas. Entre la cama y la pared es conveniente que exista un espacio de por lo menos 80 cm (óptimo 100 cm) para realizar las transferencias.
Recomendaciones para la persona cuidadora
- Mientras movilizas a la persona, concéntrate en la actividad y tómate el tiempo que necesites.
- Evita movimientos bruscos.
- Coloca a la persona lo más cerca de ti para evitar daños en la espalda.
- No tires de la persona, haz contrapeso con tu cuerpo.
- Coloca tus pies separados y las rodillas semiflexionadas para aumentar el equilibrio.
- En los giros, mueve las piernas y no la cintura.
- Mantén la columna recta siempre que sea posible.
- Para evitar el estrés físico es importante contar con la ayuda de otra persona o incluso de una grúa, si es necesario.
Tras un ictus, la movilidad puede estar reducida. Para facilitar el acto de ponerse y quitarse la ropa, conviene crear una rutina que fomente la movilidad y la adquisición de habilidades.
Es preferible usar ropa cómoda, con prendas holgadas para ponerlas con facilidad. Se recomienda vestir ropa sin botones, sin puño, y ropa deportiva con elástico en la cintura. Los zapatos cómodos, cerrados y con velcro son más fáciles de poner.
Cómo vestirse y desvestirse
- Colocar la ropa en el orden de uso.
- Mejor hacerlo de forma sentada.
- Vestirse: Se empieza por el brazo o pierna afectada y luego se continua con la sana.
- Desvestirse: Se comienza por el lado sano.
Un ictus puede provocar cambios significativos en la vida de la persona afectada y ocasionar ansiedad, depresión y estrés. Esto puede influir de forma negativa en la motivación y la adherencia al tratamiento. Expresar las emociones y trabajar en ellas puede aportar bienestar emocional y mejorar la calidad de vida. En estos casos, el acompañamiento emocional es fundamental tanto para la persona como para quien la cuida.
El daño que produce el ictus en el cerebro de una persona suele afectar a su capacidad para relacionarse. En estos casos, no hay que confundir la dificultad para comunicarse con la demencia.
Para ayudar a mejorar la comunicación existen varias recomendaciones:
- Mantener el contacto visual.
- Evitar lugares ruidosos y con distracciones.
- Hablar de forma lenta y vocalizando, en un lenguaje de adultos.
- Usar frases sencillas, cortas y claras, y que expresen una sola idea. No gritar.
- Acompañar las frases con gestos simples.
- Señalar los objetos que se nombran o imitar acciones con mímica.
- La aprobación se puede transmitir con un apretón de manos o una caricia.
- Usar expresiones y palabras que le resulten familiares.
- Hacer preguntas con pocas opciones de respuesta o que se contesten con “sí o no”.
- Ayudar a decir lo que quiere, en vez de intentar adivinarlo.
- Reconocer todo esfuerzo por comunicarse, aun cuando cometa errores. Estimular a la persona con sus progresos.
- Darle tiempo para contestar, no interrumpir.
- No fingir entender cuando no se comprende.
- Si sólo tiene alterado el habla, se pueden usar fichas con dibujos o escribir en una pizarra.
- No hay que hablar de la persona como si no estuviera presente, ni de forma autoritaria.
- No presionar a entender, porque puede causar frustración.
- Mantener sus amistades y las actividades de recreo. Tal vez haya que esperar a que gane confianza.
Practicar la comunicación
- Cantar canciones conocidas, contar números.
- Enumerar los meses o los días de la semana, etc.
- Leer revistas con fotos y comentarios explicativos.
- Comentar fotos de familiares y lugares conocidos.
- Hacer ejercicios con la cara y boca (labios, lengua, mandíbula): besar, silbar, sonreír, soplar, etc.
- Marcar objetivos realistas, que no superen sus capacidades.
Tras un ictus pueden aparecer problemas de memoria, comprensión y atención que repercuten en la vida cotidiana.
¿Cómo ayudar?
- Colocarse siempre por el lado del cuerpo que tenga afectado para estimularlo, y hacer descansos para evitar la fatiga.
- Acompañar las frases de gestos simples.
- Utilizar reloj y calendario.
- Poner la radio, la televisión, leer el periódico.
- Hacerle partícipe de conversaciones.
- Poner la música que le gusta.
- Utilizar álbumes de fotos para que señale, nombre o reaccione ante la imagen de familiares y amistades.
- Realizar actividades manuales: puzles sencillos, montar/desmontar aparatos, pintar y escribir.
- Realizar juegos de mesa que impliquen atención, memoria, cálculo, seriación… Por ejemplo, tres en raya, parchís, dominó, dados y cartas.
El haber pasado por un episodio de ictus no impide mantener relaciones sexuales. Es normal que al principio la actividad sexual sea algo secundario. Sin embargo, una vez que se superan los miedos iniciales, las relaciones se van recuperando poco a poco, algo que ayuda a mejorar la autoestima.
Algunos de los factores que pueden repercutir en las relaciones sexuales son la medicación, las alteraciones en la sensibilidad, la movilidad y el lenguaje, el miedo al rechazo, la ansiedad y el cansancio. Además, la autoimagen y la autoestima pueden estar afectadas, por eso es fundamental expresar los temores a la pareja y así intentar superarlos.
Para potenciar la autonomía de la persona puede ser necesario hacer adaptaciones en el domicilio.
Recomendaciones generales
- Eliminar cualquier obstáculo que pueda ocasionar una caída o accidente, como cables, plantas, muebles, alfombras…
- Mantener el suelo seco. Limpiar cualquier líquido que se haya derramado y evitar utilizar productos que dejen el suelo deslizante.
- En caso de tener servicio de teleasistencia, llevar siempre puesta la medalla, incluido en el momento del baño.
- Puede ser necesaria la colocación de barandillas laterales y rampas en las zonas de desnivel.
- Si utiliza una silla de ruedas, las puertas deben ser anchas y fáciles de abrir.
- Si hubiese escaleras, es útil emplear sillas eléctricas al pasamanos o “sillas oruga”.
Modificar el baño
En ocasiones, hay que modificar el entorno del baño y convertirlo en un lugar seguro y cómodo.
- Colocar un inodoro elevado puede ser útil ante problemas de movilidad.
- Instalar barandillas alrededor de la bañera y WC.
- Instalar grifos monomando de fácil manejo con palanca o asas grandes.
- Si utiliza silla de ruedas, el lavamanos no deberá tener pedestal ni mueble inferior para que pueda acercarse de frente.
- Para entrar en la bañera, utilizar una tabla para hacer la transferencia de forma sentada.
- Poner una silla de plástico si la persona no puede mantenerse de pie de una forma segura.
- Poner suelo antideslizante dentro de la bañera o ducha.
- Buena iluminación: ayuda a prevenir caídas y facilitar el cuidado personal.
- Colocar los artículos de uso diario a una altura accesible evita tener que agacharse o elevarse en exceso.
- Considerar la instalación de una alarma, si es necesario.
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