Hipertensión arterial en la diabetes

Tanto la hipertensión arterial como la diabetes son factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Así, cuando una persona que tiene hipertensión tiene también diabetes, se multiplica su riesgo de padecer infarto de miocardio, insuficiencia renal, ictus (accidentes vasculares cerebrales), enfermedad vascular periférica (falta de irrigación en las piernas). No obstante, las consecuencias de la hipertensión y diabetes pueden ser evitadas o al menos muy atenuadas si se consigue un buen control de la enfermedad.

La diabetes afecta a entre el 40–60% de las personas con hipertensión arterial. El tiempo que trascurre hasta que aparece la hipertensión difiere entre las personas con diabetes tipo 1 o 2. En los pacientes con diabetes tipo 1, en general la hipertensión se desarrolla después de varios años de evolución de la enfermedad y habitualmente indica el desarrollo de nefropatía diabética (daño de los riñones). En pacientes con diabetes tipo 2, la hipertensión puede estar presente en el momento del diagnóstico o incluso antes de desarrollarse y a menudo se asocia a la obesidad.

Las últimas directrices de la Sociedad Europea de Hipertensión recomiendan como objetivo de tensión arterial en los diabéticos unas cifras entre 130-139/80-85 mm Hg.

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